¿cuándo, ni en la cúspide de las más altas dignas dignidades, deja el hombre de verse niño, si mira dentro de sí, de sorprenderse de ser hombre y de sospechar que los demás hombres le toman aún por niño? ¡desgaciado el hombre que llega a perder la conciencia presente de su ser niño!
Ramón Pérez de Ayala