Abrirse

La experiencia de Dios no tiene porqué ser algo de excepcional o inhabitual. Sin duda que hay una experiencia de Dios que es diferente a las demás experiencias ordinarias. Es cuando experimentamos un silencio profundo, una oscuridad luminosa, un vacío lleno de plenitud. No obstante en cualquier momento podemos tener unos relámpagos de eternidad o de infinitud que llegan cuando menos lo esperamos.
Cuando nos abrimos a la belleza, a la verdad o al amor tenemos la sensación de salir de nosotros mismos, pero no les hacemos caso esperando tener la gran experiencia de Dios que transformará nuestras vidas. Pero olvidamos fácilmente que Dios se hace presente en las realidades más ordinarias. Anthony de Melo

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Un comentario en «Abrirse»

  1. Hola que tal gracias por tu aportación.Muy bonito e interesante,dá para pensar y sacarle su jugo.Muchas veces intentamos tener una experiencia profundamente mística y no alcanzamos a ver lo evidente,Dios está ahí en todo momento,dandonos su mano y su palabra en los sacramentos,en las circunstancias ordinarias de la vida y en el hermano que sufre y pasa necesidad por ejemplo.
    Buen fin de semana.
    Un saludo.

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