alegrémonos

Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida.

Reconoce, cristiano, tu dignidad (…) No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios.

San León Magno

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