Asombros epifánicos II

Asómbrate como los niños y aliméntate de su capacidad de asombro. Ellos conservan esa infinita capacidad de asombro ante la realidad que descubren y nada les parece irrebatible. Su mente se halla abierta al mundo y hasta la realidad más simple es un motivo de sorpresa. ¡Viven asombrándose! Por eso, “un maestro  debe caminar con asombro, como si estuviera sorprendido de ser él mismo.” (WalterBagehot).

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