Todos los días tenemos este tema sobre la mesa. Propuestas, de todos los colores, que sólo pueden tener éxito si detrás de ellas hay un modelo de persona y de sociedad sólido y que refleje la dignidad del hombre. Después de la ética viene la técnica, siendo necesario también que las propuestas beneficien a todos frente a algunos y no dejen de lado lo lejano frente a lo inmediato:
La crisis puede y debe ser un acicate para reflexionar sobre la existencia humana y la importancia de su dimensión ética antes que sobre los mecanismos que gobiernan la vida económica: no solo para intentar encauzar las pérdidas individuales o las economías nacionales, sino para dar nuevas reglas que aseguren a todos la posibilidad de vivir dignamente y desarrollar sus capacidades en bien de toda la comunidad