Primero lo buscó, sin encontrarlo; perseveró luego en la búsqueda, y así fue como lo encontró; con la dilación, iba aumentando su deseo, y este deseo aumentado le valió hallar lo que buscaba. Los santos deseos, en efecto, aumentan con la dilación. Si la dilación los enfría, es porque no son o no eran verdaderos deseos. Todo aquel que ha sido capaz de llegar a la verdad es porque ha sentido la fuerza de este amor. Por esto dice David: Mi alma tiene sed de Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Idénticos sentimientos expresa la Iglesia cuando dice, en el Cantar de los cantares: Estoy enferma de amor; y también: Mi alma se derrite.
Gregorio Magno
Un comentario en «Búsqueda y deseo»
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Hola que tal gracias por tu aportación.Cuanta verdad y grandeza en estas palabras.Para meditarlas y ponerlas en práctica en nuestra vida diaria.
Un saludo.