Se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo

El juez más justo que la historia haya conocido jamás se encuentra un día con estas palabras, venidas de un asesino al que acaba de condenar:

No eres un juez sino un ignorante, pues tan solo sabe del golpe quien lo siente en carne propia y no quien lo asesta; solo aquel que ha sufrido puede medir el sufrimiento. Tu orgullo osa castigar a los culpables y tú eres el más culpable de todos, pues yo he quitado la vida en un arrebato de cólera, mientras que tú me quitas la mía a sangre fría y me aplicas una medida que tu mano no ha sopesado para descubrir su propio peso.

Los ojos del hermano eterno. Stefan Zweig

A partir de aquí el protagonista decidirá renunciar a su categoría y experimentar el castigo que había impuesto, empezando así un camino de redescubrimiento de la relación con el prójimo.

Leyendo este fragmento y gran parte del libro, no puedo evitar hacer un paralelismo con el fundamento del cristianismo que se expresa en la carta de Pablo a los Filipenses, un Dios que se hace hombre para poder decir algo a los hombres:

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

(Flp 2, 6-8)

Javi Sanz ya comentó este mismo libro aquí: Los Ojos del Hermano Eterno. Sin embargo, tras leerlo yo, no puedo evitar retomarlo.

Dios mío, perdóname

Querido Señor, tu discípulo Pedro quiso saber quién te traicionaría. Señalaste a Judas, pero un poco más tarde le señalaste a él. Judas te traicionó, Pedro te negó. Judas se ahorcó, Pedro se convirtió en el apóstol al cual hiciste primero de todos. Señor, dame fe, fe en tu misericordia infinita, en tu perdón sin límites, en tu bondad insondable. No permitas que me tiente el pensamiento de que mis pecados son demasiado grandes para ser perdonados, demasiado abominables como para que los toque tu misericordia. No permitas que huya de ti. Concédeme volver a ti una y otra vez y pedirte que seas mi Señor, mi pastor, mi fortaleza y mi refugio. Acógeme bajo tu protección, Señor, y permíteme experimentar que no me rechazarás mientras te siga pidiendo tu perdón. Quizá mis dudas a cerca de tu perdón son un pecado mayor que los pecados que considero demasiado grandes para ser perdonados. Quizá me considero demasiado importante, demasiado grande, cuando pienso que ya no puedo ser abrazado por ti. Señor, mírame, acepta mi oración como aceptaste la oración de Pedro, y no permitas que huya de ti en la noche, como hizo Judas.

Del libro “Oraciones desde la abadía. Una súplica de misericordia” de Henri J. M. Nouwen

Valores de cine

Existen en el mercado numeroso materiales para trabajar con jóvenes y adultos el tema de los valores. Puede que muchos conozcáis ya el material que os quiero presentar, sin embargo, creo que es un material muy bueno para profesores, maestros, educadores, monitores, catequistas…para trabajar en grupos, aulas, talleres, encuentros…la vivencia de los valores en la sociedad actual.

Se trata de una colección de 10 libros y 10 DVD, editados por San Pablo y titulada VALORES DE CINE. En cada uno de los DVD de la serie se ofrecen tres programas, cada uno dedicado a un valor concreto.

Los valores son presentados y analizados a través del visionado de fragmentos de cinco películas y entrevistas a jóvenes y adolescentes que opinan sobre el valor tratado.

 

El primer dvd analiza el valor de la solidaridad, la honestidad y la tolerancia. A través de visionado de fragmentos de películas como «Bailando con lobos», «Cadena de favores», «Eduardo Manostijeras», «Shreck» o «Forrest Gump», los autores descubren cómo ser solidario, como vivir en coherencia o como ayudar a los demás, como factores claves para construir «una sociedad mejor».

Yo estoy utilizándo este material en un Taller de Solidaridad que llevo en el centro donde trabajo, y me está resultando muy bien. Es una buena forma de combinar el cine con el trabajo y la educación en valores, que siempre es tan necesaria.

Si te interesa y quieres tener más información, en la página del proyecto puedes encontrala y podrás ver una demo de uno de los valores. Sólo tienes que pinchar aquí.

El medio es el mensaje

El gran teórico de la comunicación H. M. MacLuhan acuñó la expresión de que «el medio es el mensaje»: no se dice algo porque sea verdad; se toma como verdad porque se dice. La televisión, la radio, la letra impresa, los espectáculos de diverso orden tienen un inmenso prestigio para quien los ve como una realidad que se impone desde un lugar para uno inaccesible. El que está al corriente de lo que pasa entre bastidores tiene algún poder de discernimiento. Pero el gran público permanece fuera de los centros que irradian los mensajes. Es insospechable el poder que implica la posibilidad de hacerse presente en los rincones más apartados y penetrar en los hogares y hablar a multitud de personas al oído, de modo sugerente, sin levantar la voz.

pag. 56,57 “La defensa de la libertad en la comunicación” Alfonso López Quintás


En la era de la comunicación, cada vez es más fácil ponerse detrás de los bastidores y convertirse en la voz que habla al oído, de modo sugerente, sin levantar la voz. Y también es muy cómodo quedarse del lado del espectador y no cuestionar lo que se recibe tragándolo todo como verdad.
Más que nunca hemos de descubrir la responsabilidad que tenemos al compartir ideas u opiniones en Internet lo mismo que al leer las de otros.

Una vida sobria, honrada y religiosa. Propuesta para vivir en comunidad

¡Hay tantos religiosos y religiosas en vela a la espera de lo nuevo! ¡Tantas publicaciones, conferencias, cursillos y retiros, que desde hace años no dejan de preguntarse por “el futuro de la Vida Consagrada”! ¿Por qué no ha surgido todavía ninguna comunidad religiosa con un proyecto comunitario parecido al que aquí se esboza?

Una comunidad de buscadores, que comparten sus preguntas, no sus respuestas. Una comunidad que asuma su papel como cristianos y en especial como profetas para cambiar el mundo. Otro mundo es posible, mucha gente desde distintos ámbitos está trabajando en ello y se va a lograr. Eso nos recuerda José en este libro, y además apunta las claves para conseguirlo y posibles proyectos para llevarlo a cabo desde la perspectiva de la fe cristiana y la vida de comunidad.

Me ha parecido un libro atrevido, provocador, soñador, esperanzador, ilusionarte, y con los pies bastante en la tierra, a pesar de lo difícil que es mantenerlos en este campo.

Título: Una vida sobria, honrada y religiosa. Propuesta para vivir en comunidad
Autor: José Eizaguirre, religioso marianista
Editorial: Narcea, colección Espiritualidad.

Saber y fe

Cuando el saber es posible unirlo a la experiencia personal de fe…

La conciencia afectiva del sujeto nace, se desarrolla y va tomando forma a partir de la relación con el otro… La persona que ama, se realiza no a través de un acaparamiento posesivo del otro, sino mediante el don de sí al otro… Cuando el otro es Dios, y un Dios personal, la relación alcanza caracteres de infinitud… Puesto que Dios se ha revelado y ha comunicado su propia vida al hombre, éste se encuentra doblemente pasivo ante Él: recibe la luz de la fe que se prolonga en esperanza y acoge un amor que solicita la reciprocidad. De esta forma, llega a ser posible una afectividad espiritual: el don del Espíritu, en el que todo alcanza su plenitud, engendra la alegría y la paz.

Teologia affecttiva, A. Bernard.

José y sus hermanos

La historia de José (Gen. 37 – 50) es una de las narraciones más hermosas de la Biblia. Ha sido objeto de inspiración para obras clásicas de la literatura universal. La historia de su vida tiene, en el fondo, una finalidad didáctica. Tanto judíos como cristianos y musulmanes ven en él y en su padre Jacob a dos de las personalidades más importantes de las tres religiones monoteístas.

Su vida está marcada por la envidia y el perdón, por la esclavitud y la libertad, por las intrigas y la aventura. Os invito a la lectura de estos catorce capítulos de la Biblia.

Jacob, su padre, había tenido varios hijos de distintas mujeres. José, nacido cuando su padre era ya muy anciano, se convirtió en su preferido. Esto provocó la envidia de sus hermanos. Un día, mientras apacentaban las ovejas en Siquén, su padre le envió para tener noticias de ellos. Estos le venden a unos mercaderes ismaelitas por veinte monedas de plata y se lo llevaron a Egipto. Un ministro del faraón, Putifar, lo compró como esclavo.

Los capítulos 39-41 del libro del Génesis narran la vida de José en Egipto. El Señor estaba con él y no lo abandonó. Al frente de la casa del faraón, José se convierte en la segunda autoridad de Egipto. Es encarcelado por acoso de la mujer de Putifar y allí se revela como interpretador de los sueños de los presos y del propio faraón. (Gen. 40-41).

En el capítulo 42 se relata el encuentro de José con sus hermanos que tuvieron que bajar a Egipto para comprar trigo. La situación de los israelitas era muy dura en Canaán.

Los capítulos 43-50 narran los diferentes encuentros de los hijos de Jacob con su hermano José y, por fin, el encuentro de José con su padre Jacob. El faraón dejó asentarse a los israelitas en Gosén como pastores. Allí vivieron los israelitas hasta el éxodo de Moisés.

José asiste a la muerte de su padre Jacob, a quien lloró durante largo tiempo. José murió, según la tradición, a los 110 años y fue sepultado junto a su padre Jacob en la cueva de Macpelá

José y sus hermanos. Ilustraciones de Gustave Doré.

Joseph, king of dreams

En Ti

Dios mío:

(…) haz que tras haber descubierto la alegría de utilizar todo crecimiento para hacerte, o dejarte crecer en mí, acceda tranquilo a esta última fase de la comunión en el curso de la cual te poseeré disminuyéndome en Ti. Tras haberte percibido como Aquel que es “un más yo- mismo”, haz, llegada mi hora, que te reconozca bajo las especies de cada fuerza, extraña o enemiga, que parezca querer destruirme o suplantarme. Cuando sobre mi cuerpo (y aun más sobre mi espíritu) empieza a señalarse el desgaste de la edad; cuando caiga sobre mí desde fuera, o nazca en mí por dentro, el mal que empequeñece o que nos lleva; en el minuto doloroso en que me dé cuenta, repentinamente, de que estoy enfermo y me hago viejo; sobre todo en ese momento en que sienta que escapo de mí mismo, absolutamente pasivo en manos de las grandes fuerzas desconocidas que me han formado;

Señor, en todas estas horas sombrías, hazme comprender que eres Tú (y sea mi fe lo bastante grande) el que dolorosamente separa las fibras de mi ser para penetrar hasta la médula de mi sustancia y exaltarme en Ti.

Sí, cuanto más me incrusta el mal y más se hace incurable en el fondo de mi carne, a Ti más te cobijo, como un principio amante, activo, de depuración y de liberación. Cuanto más se abre ante mí el futuro como una grieta vertiginosa o un oscuro paso, más confianza puedo tener, si me aventuro sobre tu palabra, de perderme o abismarme en Ti, de ser, Jesus, asimilado por tu Cuerpo.
Energía de mi Señor, Fuerza irresistible y viviente, puesto que de nosotros dos Tú eres infinitamente el más fuerte, a Ti es a quien compete el papel de quemarme en la unión que ha de fundirnos juntos. Dame todavía algo más precioso que la gracia por la que todos los fieles te ruegan. No basta con que muera comulgando. Enséñame a comulgar muriendo.

Pierre Teilhard de Chardin, El Medio Divino

Decálogo para leer con provecho la Biblia

1. Nunca creer que somos los primeros que han leído la Santa Escritura. Muchos, muchísimos a través de los siglos la han leído, meditado, vivido, transmitido. Los mejores intérpretes de la Biblia son los santos.

2. La Escritura es el libro de la comunidad eclesial. Nuestra lectura, aunque sea a solas, jamás podrá ser en solitario. Para leerla con provecho, hay que insertarse en la gran corriente eclesial que conduce y guía el Espíritu Santo.

3. La Biblia es «Alguien». Por eso se lee y celebra a la vez. La lectura mejor de la Biblia es la que se hace en la Liturgia.

4. El centro de la Santa Escritura es Cristo; por eso, todo debe leerse bajo la mirada de Cristo y cumplido en Cristo. Cristo es la clave interpretativa de la Santa Escritura.

5. Nunca olvidar que en la Biblia encontramos hechos y dichos, obras y palabras íntimamente unidas unas con otras; las palabras anuncian e iluminan los hechos, y los hechos realizan y confirman las palabras.

6. Una manera práctica y provechosa de leer la Escritura es comenzar con los santos Evangelios, seguir con los Hechos y las Cartas e ir entreverando con algún libro del Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Jueces, Samuel, etcétera… No querer leer el libro del Levítico de corrido, por ejemplo. Los Salmos deben ser el libro de oración de los grupos bíblicos. Los profetas son el «alma del Antiguo Testamento: hay que dedicarles un estudio especial.

7. La Biblia se conquista como la ciudad de Jericó: dándole vueltas. Por eso, es bueno leer los lugares paralelos. Es un método entretenido, pero muy provechoso. Un texto esclarece al otro, según aquello de San Agustín: «El Antiguo Testamento queda patente en el Nuevo y el Nuevo está latente en el Antiguo».

8. La Biblia debe leerse y meditarse con el mismo Espíritu con que fue escrita. El Espíritu Santo es su autor principal y es su principal intérprete. Hay que invocarlo siempre antes de comenzar a leerla y al final, dar gracias.

9. Nunca debe utilizarse la Santa Biblia para criticar y condenar a los demás.

10. Todo texto bíblico tiene un contexto histórico donde se originó y un contexto literario donde se escribió. Un texto bíblico, fuera de su contexto histórico y literario, es un pretexto para manipular la Palabra de Dios. Esto es tomar el nombre de Dios en vano.

+ Mario De Gasperín Gasperín

Obispo de Querétaro

Vive tus preguntas

A raíz de lo que comentaba Sergio en la entrada anterior, con todas las situaciones que se están viviendo en el mundo, especialmente en Haití, situaciones de dolor e interrogantes, leía una cita que me gustaba compartir.

Junto a los momentos de progreso, hay momentos de duda, capitulaciones imprevistas, interrogantes hondos. El poeta Rocki escribía a este respecto: «Sé paciente con todo lo que no está resuelto en tu corazón. Intenta amar incluso tus preguntas. No busques las respuestas que no pueden encontrarse, porque no podrás vivirlas.Vive todo. Vive tus preguntas, porque quizá, sin notarlo, estás elaborando las respuestas.»

Pangrazzi, A., La pérdida de un ser querido. Un viaje dentro de la vida, San Pablo, Madrid, 1993, p.107

Me decía un profesor en clase de Teología el otro día, que el cristiano de hoy no debe tener miedo a hacerse preguntas, aunque a veces no encuentre las respuestas, porque en esos interrogantes también podemos descubrir a Dios.

Crimen y Castigo

«He buscado la tristeza, la tristeza y las lágrimas en el fondo de este vaso, y las hallé y las saboreé; pero Él que tuvo piedad de todos los hombres, Él que todo lo comprendió, tendrá piedad de nosotros. Él es el solo juez. Vendrá un día en que preguntará: “¿Dónde está la joven que se sacrificó por una madrastra odiosa y tísica y por niños que no eran sus hermanos? ¿Dónde está la joven que tuvo piedad de su padre terrenal y no se apartó con horror del borracho crapuloso?” Y dirá: “¡Ven! Te perdoné una vez… Te perdoné una vez… Ahora te absuelvo de todos tus pecados, porque fue mucho lo que amaste…” Y perdonará a mi Sonia, sé que la perdonará…»

Sonia es su hija, que se prostituye para poder dar de comer a su familia. Sonia es un “ángel” enviado para rescatar a Raskolnikof, el criminal de la novela. Por ella pasa toda la redención contenida en esta maravillosa historia.

«Todos serán juzgados por Él y Él perdonará a todos: a los buenos y a los malos, a los sabios y a los ignorantes… Y cuando haya concluido con los demás nos llegará la vez. “¡Aproximaos vosotros también! – nos dirá -. ¡Aproximaos, los borrachos, aproximaos, los libertinos, aproximaos, los impúdicos!” Y nosotros nos acercaremos sin temor. Y Él nos dirá: “¡Sois unos cochinos! ¡Lleváis estampado el sello de la bestia! ¡Pero venid!” Y los sabios, los inteligentes dirán: “Señor, ¿por qué admites a esos?” Y Él responderá: “Los recibo, sabios, los recibo, inteligentes, porque ninguno de ellos se creyó digno de esta gracia…” Y nos tenderá los brazos, y nosotros nos precipitaremos en ellos… y nos desharemos en lágrimas… y todo los comprenderemos… Y todo será comprendido por todo el mundo.»

Crimen y Castigo, F. M. Dostoievsky