Nuestros sentidos no son capaces de abarcar la grandeza de la creación, por eso, tenemos que mirarla de forma indirecta, en pasos intermedios, o con humildad, igual que el Sol no se puede ver mirándolo directamente.
¿Quién diseñaría las leyes de la naturaleza, que hemos ido metiendo en parcelas abarcables de física, química, matemática, filosofía/religión… para poder empezar a entenderlas?
Estas leyes permiten por ejemplo la aparición y propagación de una llama, o la unión y separación de gotas de agua en un orden aleatorio para nuestra vista, pero perfectamente ordenado para la naturaleza
Las cámaras ultrarrápidas, como las utilizadas para rodar algunas escenas de Matrix, junto con el youtube, nos permiten tener hoy a nuestro alcance otra de esas cosas que están ocultas a nuestros sentidos…
Estas cámaras captan más información en menos tiempo, podríamos decir que se recrean más en cada instante y así descubren esta maravilla. En ese caso ¿podríamos pensar que para alcanzar los misterios de la “filosofía” deberíamos vivir más despacio, recreándonos en cada instante y no quedándonos en la superficie que nos muestran nuestros limitados sentidos?
Otros vídeos de slow motion
Billar
Explosión
Deformación en las ruedas en la aceleración inicial
Balas atravesando distintos elementos
12 objetos variados
Montaje con varios vídeos
Otro montaje con varios vídeos
El más impresionante de un programa japonés
Primera parte
Segunda parte
La palabra, la fórmula religiosa, el dogma se idearon en principio como medios que apunten, indiquen, me ayuden y guíen en mi acercamiento a Dios. Pero a menudo se convierten en barrera. Como si tomara un autobús para ir a casa y me negase a bajar cuando he llegado. Vemos muchas personas que dan vueltas y más vueltas, porque nunca les han enseñado a abandonar sus conceptualizaciones y teologizaciones sobre lo divino, que se niegan a abandonar sus reflexiones discursivas en la oración y entrar en la noche oscura, la noche aconceptual de que hablan los místicos. Van por la vida coleccionando cada vez más etiquetas, como el hombre que acumula cada vez más posesiones materiales, que nunca usará
«El mundo está lleno de sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el apego a las cosas. El remedio está en dejar caer el apego a las cosas.» No era Buda quien así hablaba, sino Tony de Mello. Conocía bien el budismo, y usaba con efecto sus conceptos válidos en sus libros y charlas. […] Tony usaba con frecuencia citas y cuentos budistas para aclarar ideas o remachar argumentos. Al hacerlo así no hacía más que cumplir con la instrucción del Vaticano II que nos manda «reconocer, aceptar y propagar los valores espirituales verdaderos de otras religiones» Lo que la mayor parte de los oyentes no aceptaban eran los cambios sutiles que introducía en las citas. Las palabras que acabo de citar son un buen ejemplo. Las palabras originales de Buda suelen darse como sigue: «El mundo está lleno de sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el deseo. El remedio está en desarraigar todo deseo.» Tony cambia «desarraigar» por «dejar caer», y «deseo» por «apego» 
San Ignacio dice: Al comer, pensad en Jesús. El Zen dice: Al comer, pensad en el comer. ¿Son estos dos enfoques tan distintos? ¿No es Jesús nuestro alimento? ¿No es toda comida símbolo de la Eucaristía? ¿No está Dios presente en todo lo que comemos? ¿No es cada acto nuestro un acto de fe? Haz lo que haces, y come cuando comes. Jesús está contigo.
Los éxitos y logros de la vida no dan seguridad interior; al contrario, la debilitan y engendran ansiedad. Cuanto más éxito tengo, más necesidad siento de seguir teniendo éxito para responder a la expectación que los anteriores éxitos han despertado; así es como la ansiedad se fragua, se endurece y llega a hacerse insoportable. Éxito en el trabajo sin base afectiva que lo equilibre es peligro inminente de depresión para el trabajador incansable. ¡Cuánto sufrió Beethoven, porque apreciaban su música, pero no su persona! El éxito me dice que mi trabajo es valioso, mientras que el amor me dice que yo soy valioso, y eso es lo que me da satisfacción y sosiego.