Esta viñeta publicada por El roto, ( El País, 17 de noviembre de 2012), pone delante de mis ojos la realidad:
vivimos en un milagro permanente, tenemos ojos y no vemos que es así. No creemos, aunque andemos sobre las aguas. Porque tenemos embotada la comprensión.
Dios mira nuestras increencias y deja que sigamos caminando sobre el milagro de nuestra vdia.
Categoría: Meditación
La voz que habla callando desde dentro. Silencio de Dios.
En esta larga historia siempre ha habido
silencios que acompañan,
murmullos inaudibles en el aire
como de alguna fiesta en el jardín
de una vaga memoria hecha pedazos.
Tomas las educadas precauciones
de quien teme invadir la casa ajena,
hay que estar más bien solos para oír
en medio del estruendo del orgullo
la voz que habla callando desde dentro».Carlos Pujol, El corazón de Dios
La soledad sonora,
la soledad que desnuda del ego orgulloso y caníbal,
la soledad silenciosa que permite escuchar Tu voz,
la voz de habla callando desde dentro:
intimior intimo meo.
Atención. Revelación. Epifanía artística
Me iba enseñando un libro de pintura japonesa, pasando las hojas, y al llegar a la reproducción del pescador de Ma Yuan me dijo: «Fíjate, el tema de ésta es la atención».
.Lo de la atención convierte al pescador en un meditador, que como en el zen, consigue durante ese instante que el observador desaparezca absorbido por lo que observa, identificado con ello».
Pues la atención es, para un artista, pese a la penumbra o niebla en la que a menudo se sostiene, condición necesaria para esa aparición cegadora tan súbita como fugaz a la que llamamos revelación y que a menudo, justamente debido a nuestra distracción, muerde el anzuelo, lo suelta y se va, dejándonos de vacío, dejándonos su vacío.»Narrado por Andrés Trapiello en su blog HemeroflexiaQué necesario es estar atento en un mundo tan lleno de distracciones.Para estar atento el silencio. Y la quietud.Y la mirada en la caña, y la caña mecida en el mar, el anzuelo en lo profundo..Hasta que la puerta se abrey se accede al Reino que está dentro de nostros.Ahí la iluminación. Atento.
Silencio ante Dios
pero ahora lo único que podía hacer era permanecer quieto y callado, consintiendo que la voz de su Dios llegara hasta él envuelta en el silencio»
Dolores Aleixandre
Quieto para que tú me muevas.
Callado para que tu voz resuene en mis entrañas.
En silencio para ser música y alabanza en tu Palabra.
(Desierto de Atacama, Chile)
Presencia y respuesta
la escucha de la llamada de la presencia requiere pasar de la superficialidad de la vida (de la pérdida de tiempo existencial, de los apegos, del divertimento insustancial) a la recuperación del centro de la persona;
de la dispersión a la unificación interior en torno al verdadero centro.
De la disipación de sí mismo en un activismo desaforado a la simplificación de la vida en torno a lo único necesario.
Se trata más bien de hacerse disponible, de hacer lugar, de ahondar en el vaciado infinito que Dios ha puesto en su interior, y ponerse a la altura de la realidad por la que el hombre es buscado”
(Juan de Dios Marín Velasco)
Silencio ante Dios
Nunca haré ruido cuando tú quieras estar silencioso. Estaré contenta como tu mejor niña- nadie me verá sino tú- que es bastante- ya no querré nada más”
Emily Dickinson escribe esta frase, en una carta dirigida a su maestro.
Yo se la digo, como oración, al mío.
Acepto el silencio, Tu silencio. Acepto no hacer ruido, vivir calladamente. Mi contento es saber, por la fe confiada, que estás presente. Tú me ves, Tú estás conmigo. ¿Para que querer algo más, si la Gracia en mí tus ojos imprimen? ¿Qué me falta? Solo Tú bastas.
Visión de Dios
Buscando te desearé
Hacer silencio
«¿Se puede estar en el mundo sin pensar en nada?»
Si. Se puede hacer silencio. Y escuchar la Palabra.
Se puede escuchar la nada. Y en la nada entrar en el Todo.
Se puede contemplar el vacío. Y en el vacío llenarse.
Se puede estar un rato cada día pensando el no pensar,
sentado, a solas con el misterio.
El misterio de un Dios más grande que tú mismo.
Apotegmas. La tentación que robustece
Uno de los padres dijo: «Si el árbol no es sacudido por el viento, no crece, ni hunde sus raíces. Así también el monje: si no es tentado y no soporta la tentación, no se hace valeroso.»
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün
Los evangelios coinciden en narrar que Jesús, después de ser bautizado por Juan en el Jordán, fue empujado por el Espíritu al desierto para ser tentado. De allí salió robustecido pues fue capaz de decir sí a Dios en la prueba del día a día, y no solo en la confesión verbal de una fe heredada o en el cumplimiento de unos preceptos. Sin duda, con semejante fe que no vacila ante la tentación, la justificación es directa y ya no necesita de las obras de la ley (Rm 3, 28)
Dignidad
Cuando vemos vidas tiradas a la basura, en los portales de nuestras calles, en los basureros de las esquinas, en el vacío de las drogas y la prostitución, la soledad de los casinos, de gentes que no saben tomar decisiones para su bien, a veces el dolor por estos sufrimientos nos lleva a pensar que quizás deberíamos de tomar nosotros las decisiones por ellos
Respetar la dignidad de la persona es afirmar que se el hombre es libre de equivocarse, incluso hasta el límite de perderse en los infiernos de este mundo. Misericordia para perdonar y amor para enseñar otras salidas, pero sin olvidar que la dignidad de la persona pasa por ser responsable de su vida
Ojalá sepamos reconocer nuestras tentaciones de solucionarle la vida a los demás, nuestros miedos al fracaso, a las malas decisiones nuestras y de los demás. Te pedimos señor más misericordia y más amor para respetar la dignidad de las personas y ofrecer salidas a caminos de luz y esperanza
Apotegmas. El pecado y la gran obra del ser humano
El patriarca Antonio le dijo al patriarca Poimén: “Esta es la gran obra del ser humano: presentar ante el rostro de Dios su pecado y esperar la tentación hasta el último aliento”
Un hermano preguntó al hermano Agatón acerca de la fornicación. Este le dijo: “Ve, arroja tu incapacidad ante Dios y encontrarás descanso”
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün
Ayer el joven rico preguntaba qué había de hacer de bueno para obtener la vida eterna ansioso por decirle a Jesús todos los preceptos que cumplía, y eso me conecta muy bien con estos dos apotegmas que nos recuerdan que lo bueno lo hace Dios, y que lo mejor que podemos hacer nosotros es reconocer humildemente nuestra debilidad y prepararnos para resistir ante la siguiente tentación sin creernos capaces por nuestras solas fuerzas mediante el cumplimiento de la ley, de llegar a Dios. El mero cumplimiento orgulloso nos puede hacer olvidar nuestra debilidad y convertirnos en blanco fácil para la tentación de prescindir de Dios.