Día de la discapacidad

Ayer, día 3 de Diciembre, día de San Francisco Javier, se celebró el día de la discapacidad. Un día especialmente dedicado a aquellas personas, que física o psíquicamente se encuentran discapacitadas.
Yo, trabajo en un centro de personas con enfermedad mental, y muchos de ellos lo vivieron de una forma especial. En muchas ocasiones me han comentado, que lo que más echan de menos es que los traten como personas, como tú o como yo. Porque hay mucha gente que tiene otro tipo de enfermedad física, un cáncer, una diabetes…y a ellos no se les deja de tratar, ni se les mira mal, ni se les tiene miedo…
Ellos reclaman que aunque estén enfermos, siguen siendo PERSONAS. Y llevan toda la razón.

Por eso, y por ellos, me gustaba dedicarle esto especialmente, a ellos y a aquellos que se encuentran más indefensos…pero, que tienen una gran ventaja….son los favoritos de Dios.

Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme.
(…)Cada vez que lo hiciste con uno de éstos mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste.

El Ultimátum Evolutivo. Setem Valencia

En un simpático vídeo, los chicos de Setem Valencia, nos recuerdan la importancia de dar un paso más en la evolución humana, atascada en el «Homo Consumus»

Si te gusta la plastelina o la plastilina, puedes entrar en el siguiente enlace para ver cómo se hizo este corto
plastelina, plastilina. Así se hizo «el ultimátum evolutivo»

Otros vídeos en el canal de Youtube de Setem

Fiestas del Pilar en Zaragoza

Hoy lunes se conmemora a la Virgen del Pilar, especialmente en Zaragoza. Como cada año, las comunidades marianistas de la ciudad nos uniremos a la ofrenda de flores enfrente de la Basílica del Pilar.
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Dentro del programa de fiestas se incluyen actuaciones, conciertos gratis en la calle de grupos como «La Oreja de Van Gogh», «Amaia Montero», «El canto del Loco» entre otros, así como espectáculos, animación en las calles y por supuesto, algún acto piadoso como la ofrenda de flores a la Virgen o el «Rosario de Cristal»
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Cuando María comentaba con Isabel que «desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí» Lc 1,48 ¿Se referiría a esto? ¿Nos damos cuenta hoy de que estamos recordando a María, la madre de Dios, o las formas han eclipsado el fin?pilar3
Sea como sea, hoy, dos mil años después, seguimos pasando millones de personas a felicitar a la Madre de Jesús, nos demos cuenta o no, así que por algo será.
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Buscando el paraíso

Sin tratar de hacer pubicidad a nadie, recientemente he escuchado la nueva canción de Alejandro Sanz, looking for paradise, buscando el paraiso, y al ver el vídeo, me gustaba pensar cómo cada uno tenemos nuestro paraíso particular, por eso el vídeo es especialmente bonito, porque gente de todas las partes del mundo busca su paraíso particular…pero, al fin y al cabo, para todos el paraíso acaba siendo el amor…

El paraíso del amor de madre, de amistad, de pareja, de vocación, de Dios…el amor que, pese a las dificultades de la vida, no se va nunca.

¿Quieres cambiar el mundo?

En nuestra mentalidad comercial, de niño pequeño se podría decir, estamos acostumbrados a que si algo no nos satisface, lo podemos cambiar en la tienda por otra cosa y además está en nuestros derechos. Con las cosas del mundo y la propia creación esperamos que sea así, pero Dios no nos devuelve nuestro dinero, porque nadie pagó por vivir en este mundo sino que fue un regalo.
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¿Cuántas veces has pensado en cambiar el mundo? ¿te gustaría cambiarlo?
A mí me encantaría, está en mi forma de ser, supongo, querer mejorarlo todo.

Pero, acercarse así al mundo y a las grandes organizaciones: política, religión, ideologías, valores… es del todo frustrante, pues encuentras en tu mente soluciones maravillosas a los problemas del mundo, que jamás podrás aplicar.

En esta frustración y malestar continuo, me saca de mí una idea:
Cambiar el mundo, implica que el mundo está mal, lo cual implica que Dios lo hizo mal y yo tengo un diseño mejor que el de Dios, ¡qué grande soy!.

Este razonamiento no hace otra cosa que demostrar que estoy equivocado, mi solución no puede ser mejor que la de Dios y además el mundo no necesita ser cambiado porque si lo hizo Dios ya es perfecto por definición, lo cual es bastante duro de decir conociendo el presente y pasado de la humanidad.

¿Qué hacer llegados a este punto? ¿Qué hizo Jesús?
Caigo en la cuenta de que Jesús no cambió nada del mundo, ni dijo nunca que fuera a cambiar nada: “no he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud” (Mt 5, 17-19) El Dios hecho hombre pasa por el mundo sin la más mínima intención de cambiarlo, y de hecho no lo cambia, a la vista está. Sin embargo yo me muero de agonía al ver que no soy ni seré capaz de cambiar el mundo… ¡soy tonto! Evidentemente.

Vale, Jesús no cambió el mundo, entonces ¿qué hizo? para poder hacerlo yo también.
Entre otras cosas nos hizo un «tutorial» de cómo vivir, es decir, fue nuestro tutor por unos años. Nos enseñó a amar el mundo en lugar de cambiarlo, nos enseñó cómo vivir amando, gracias al perdón.
Si no vivimos amando, estamos perdidos en la agonía de un mundo frustrante lleno de “imperfecciones” cuyo único horizonte es la muerte. Por eso podemos decir que Jesús nos trajo la salvación al enseñarnos el camino, la verdad y la vida en ese tutorial que es su persona, Dios hecho hombre para salvar al mundo. Ahora lo entiendo mejor.

Ya no quiero cambiar el mundo, ahora siento como nunca que quiero amarlo, por fin entiendo algo más las expresiones de amar la pobreza, la debilidad, la imperfección relativa, la miseria humana… Ya no se trata sólo de palabras ideales, es que no hay nada que cambiar, a parte de mi forma de estar en el mundo. O, ¿acaso si todos amásemos a los demás, como a nosotros mismos, dejaríamos morir de hambre a alguien?. Y sin embargo la pobreza no dejaría de existir, puesto que es inherente a la libertad del hombre y también a este hombre injusto le debo mi amor o estaré siendo yo injusto con mi parte del trato. «Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor» (Rm. 13, 8)

No me queda otra salida, si quiero la felicidad, y disfrutar de la vida, es decir, si quiero la salvación en vida, lo único que puedo hacer es amar hasta incluso perdonar, es decir, dar lo mejor de mí, lo mejor que tenemos dentro cada uno, tal y como hizo Jesús como recordaremos dentro de unos días en el capítulo fundamental de ese tutorial de cómo ser persona, la Semana Santa, tutorial que pasa por la cruz, pero no termina en ella.

Persecución en la India- artículo de opinión

El otro día publiqué una entrada sobre las persecuciones que están sufriendo muchos cristianos en la India. Y sobre ese tema, José Luis Navas, periodista, escribe esta semana en la revista Diócesis de Málaga, un artículo muy interesante, que comparto con vosotros.

«Avanzan las ciencias (una barbaridad, según la vieja canción), pero
el ser humano sigue donde estaba. De lo contrario, no se entiende
lo de la India. Una potencia nuclear; es decir, con capacidad tecnológica
tan moderna y suficiente como para eliminar medio Planeta,
es incapaz de aceptar la forma de vivir y sentir de otros. Parece
como si, de pronto, hubieran despertado todos los demonios ancestrales
de las religiones hindúes dispuestos a exterminar a los cristianos.
¿Por qué? Pues sencillamente no hay manera de comprenderlo. La
presencia cristiana en la India ha sido de tal entrega, amor y encarnación
real que, quizá, no tenga comparación en el mundo de las
religiones ni en el de la historia secular.
Sin embargo, la eliminación sistemática y cruel –sobre todo absurda–
de cristianos ha surgido como una fogata de residuos antiguos
y se extiende por días. Desde luego, las noticias, pocas y fragmentadas,
que nos llegan son espeluznantes e incomprensibles en el
ámbito de un mundo interrelacionado y, supuestamente, racional.
Miles de cristianos están siendo masacrados por turbas callejeras,
ante la impasibilidad de las autoridades. O sea, según testimonios
directos, son los radicales hindúes los que llevan a cabo masacres
periódicas, mientras las “fuerzas del orden” se limitan a tolerarlas.

Pero la persecución alcanza cotas de sadismo en determinados
casos. Por ejemplo, en algunos campos de refugiados, donde los
extremistas roban, una y otra vez, los alimentos de supervivencia.
El ápice de la incongruencia se alcanzó cuando determinados sectores
del mundo radical quemaron vivos a sacerdotes y monjas
“Misioneras de la Caridad”, a las que, previamente, violaron y torturaron.
¡Alas monjas de la Madre Teresa de Calcuta! ¿Es posible
entenderlo? Hasta la barbarie tiene un límite.
La biografía de esa orden carece de comparación en el universo de
las instituciones caritativas, filantrópicas, benéficas, o como quiera
llamársele. Pero, quede claro: a ellas no les pueden hacer mucho
daño. Fueron allí, porque las llamó directa, personalmente, el Señor
Jesús. Ahora se marchan con el Señor, porque Él marca los límites
y el tiempo: “Venid benditas…”Al fin y al cabo, estos cristianos son
gente de trinchera y vanguardia. ¡Id benditas, que os espera!
En cambio, la India habrá perdido, en este holocausto a favor del
fanatismo y la estupidez, la mejor gente de su historia.
Aquí –¡hay que ver!– nuestros Medios de Comunicación no tienen
tiempo para atender estas cosas de menor cuantía. Wall Sreet está
a punto de arder. Y mientras arde Wall Street, ¿quién puede estar
al tanto de otros fuegos menores?

José Luis Navas, periodista

Por detrás y entre la gente

marianistas entre la gente
marianistas entre la gente
Foto de la parte trasera del manto de la Virgen del Pilar de Zaragoza con motivo de la ofrenda de flores.

Entre los muchos centros de flores ofrecidos a la virgen, descubrimos el de una franquicia de pizzerías y a la izquierda el de los marianistas de la parroquia de Santa Cruz. No es mal sitio para situarnos, en la discreción de la parte trasera, entre las cosas del mundo en que vivimos.

STOP a la Violencia contra los cristianos

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Hay ya más de 60 cristianos alegres y contentos en el cielo con Jesucristo. Más de 60 cristianos que han sido perseguidos, humillados y asesinados en la India sin compasión ninguna, de nuevo por la intolerancia religiosa.

Millones de cristianos (laicos, sacerdotes, religios@s, familias…) huyen en estos momentos de sus casas, de sus aldeas, de su tierra, para refugiarse quién sabe dónde, y huir de la masacre que desde hace semanas invade la India.

Cristianos de nuestra Iglesia, de la Iglesia universal, asesinados por sus propios hermanos. Y desde aquí…parece que nada importa. ¿Acaso habéis escuchado mencionar mucho esta situación en los medios de comunicación, en la televisión, en los periódicos, en las radios…sea cual sea la ideología?
¿Qué hacemos desde aquí? Pensar en nuestra crisis…

Porque a mi particularmente se me queda el corazón frío al leer las sucesivas noticias que vienen de aquella tierra… y lo único que me queda por hacer es continuar rezando, para que también sean Dichosos aquellos que descubran que Dios no cree en la violencia, ni en el sufrimiento ajeno, que Dios es TODO AMOR, y que nosotros, como hijos suyos, sólo podemos amar. Dichosos aquellos que lo descubran,y cambien las armas por abrazos, y el odio por amor.

Cristianos.com

El derecho al descanso

El domingo cuando fui a misa cogí, como cada domingo, la revista Diócesis de Málaga, y me gustó especialmente un artículo de Juan Antonio Paredes, muy oportuno en estas fechas de vacaciones para muchos.

           En nuestro contexto, las vacaciones constituyen un derecho social básico. Pero no siempre caemos en la cuenta de que existen numerosos ciudadanos que no las pueden disfrutar por diferentes motivos: padres y madres de familia, habitantes del mundo rural y trabajadores autónomos, entre otros. Y por supuesto, los que no tienen trabajo y han agotado sus derechos a un subsidio y los inmigrantes sin papeles. Pienso también en la jornada de los camareros, los que trabajan en hoteles, la policía y la guardia civil. Pues las vacaciones de unos exigen un esfuerzo mayor a otros.

No está mal que los demás pensemos también en ellos, mientras disfrutamos del descanso. No se trata de flagelarnos o sentirnos culpables por esta situación (a veces, esta injusticia), sino de dar gracias a Dios porque disfrutamos del derecho al descanso; y de hacernos solidarios con los que no tienen esta posibilidad. A veces, son personas que están a nuestro
lado y a las que exigimos todo. Quizá, miembros de la familia, como es el caso de muchos padres y abuelos .

Por lo demás, el descanso no coincide necesariamente con viajar por vacaciones. Quizá lo más importante consista en prescindir de horarios y de obligaciones fijas, en no “tener que”, en inventar la propia vida cada día. Uno puede descansar leyendo libros, sin “tener que” leerlos; o paseando por el monte sin “tener que” ir al monte; o yendo a la playa, sin “tener que” ir a la playa; o charlando con los amigos, sin “tener que” ir a ver a los amigos. Y para nosotros, los católicos, en leer los evangelios, en dialogar con Dios Padre, en disfrutar de la belleza que ref leja su rostro en un paisaje, en escuchar su voz, en servir a los demás, sin “tener que” hacerlo; sólo porque nos lo pide el corazón

Juan Antonio Paredes- Diócesis

La felicidad de la publicidad

Dicen que hoy día la publicidad es el motor de la sociedad;en ella se nos ofrece la plenitud de la felicidad. Todo el mundo quiere ser mejor, ser más guapo, destacar entre los demás, tener el mejor coche, ser el más «fashion»…en definitiva, ser el «ídolo» del grupo.

En la misa de hoy, el sacerdote ha hecho referencia a esto. Como, verdaderamente, hay tanta gente en el mundo VACÍA, que necesita vivir de cosas esporádicas, de un poco de alcohol para pasar un buen momento, de sexo, de cosas fugaces que no comprometen, de lo que la sociedad nos vende…Ser feliz así. Y es que la sociedad de consumo en la que vivimos, nos cambia la vida sin darnos cuenta.

He aquí este artículo, duro, pero real:

«El hombre es un producto como cualquier otro, con fecha de caducidad. Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.

Me paso la vida contándoos mentiras y me lo pagan con creces. Vuestro deseo es el resultado de una inversión cuyo importe está cifrado en miles de millones de euros. Soy yo quien decide hoy lo que os gustará mañana. Para someter la humanidad a la esclavitud, la publicidad ha elegido la discreción, la agilidad y la persuasión”.

Frédéric Beigbeder

Pero a pesar de todo eso…seguimos teniendo una esperanza. Quizá la mayor publicidad, y la mayor felicidad que podemos encontrar. Esa puerta que Jesús nos abre en el Evangelio de hoy:

Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Jn 10, 9-10

Quizá el problema es que no sabemos distinguir entra las voces la Voz que de verdad nos transforma por dentro y nos regala, sin pagar nada a cambio, la verdadera felicidad.