El otro día -cosas que le pasan a uno- leía el libro que ha escrito Benedicto XVI (sí, el Papa) sobre Jesús de Nazaret. En su introducción decía:
Este libro no es en modo alguno un acto magisterial, sino únicamente expresión de mi búsqueda personal del «rostro del Señor». Por eso, cualquiera es libre de contradecirme. Pido sólo a los lectores y lectoras esa benevolencia inicial, sin la cual no hay comprensión posible»
Y sentí vergüenza al leer estas palabras. Vergüenza por la cantidad de veces que, desde mi ignorancia absoluta, pontifico sobre temas de los que ni tan siquiera estoy bien formado. Y pienso que, si todo un Papa dice esto, tal vez deberíamos bajar un poquito más la cabeza.
Cuántas veces en la Iglesia se defienden de forma dogmática ideas desde posturas que se cierran al diálogo. Sean de la corriente que sean. Al final los extremos, como ocurre siempre, han acabado tocándose. Aunque ambos lo nieguen.
Qué bien dicho: «pido esa benevolencia inicial sin la cual no hay comprensión posible»
Y yo pido llegar a ser más humilde.
Me quito el sombrero. Gracias por una reflexión extremadamente necesaria.
Hola que tal soy Xavi hace tiempo que estoy en este sitio encuentro muy interesante y útil lo que se dice aquí.Gracias por tu aportación.Si es un tema muy importante a tener en cuenta.Pero por lo mismo decir que Dios sabe que somos humanos y cometemos errores.Entonces tb conoce a cada persona y sabe pq hacemos y decimos muchas cosas.Y hay cosas que no creo que las tengo en cuenta ya que sabe de nuestra vida,de nuestra historia personal.Así tenemos que intentar siempre hacer lo que Él quiere que es lo mejor para nosotros y para todos.
Cuidate.
Un saludo.