Si te duele el sufrimiento del mundo, si tu corazón gime por el dolor de la Tierra, has de saber que no estás solo. Te acompañan los Santos y Mundialmente Honrados que vierten lágrimas por todas y con todas los que llevan las heridas de nuestra existencia frágil y mortal. Haz silencio, abre tu corazón y escucha en silencio. En el silencio puedes oír una voz que te guiará y te hará capaz de caminar por la senda de un Sanador Herido. (Rubén L.F. Habito)