El doctor Zhivago (II)

Hace algunos meses (tal vez ya un año) que Paco reseñó este libro. Lo cierto es que yo ya había intentado leer este libro y, posiblemente por mi situación en ese momento, lo había abandonado

Aprovechando una nueva traducción, publicada por Galaxia Gutenberg, me adentré de nuevo en la lectura de este clásico.

Poco más que decir. Una auténtica maravilla. El dolor de un pueblo. Una historia de amor que atraviesa todo este dolor y que se une a él pero sin confundirse. El amor no quiere tener nada que ver con revoluciones. O al menos con revoluciones de ese tipo.

La insignificancia de toda una revolución cuando se compara al verdadero amor entre dos personas.

El misterio de la vida, el misterio de la muerte, el encanto del genio, el encanto de la desnudez, esto, sí, lo comprendíamos.

Pero las pequeñas bagatelas del mundo, como la reconstrucción del globo terráqueo, eso, perdonad, nada tenía que ver con nosotros.

Adiós, gran amor, adiós, mi orgullo, adiós, mi rápido y profundo riachuelo, ¡cuánto amaba tu chapoteo incesante, cuánto amaba lanzarme sobre tus frías olas»

Deja una respuesta