La poesía de la vida cristiana

… El otro error es caer en la obsesión sexual. Es decir, hablar a los jóvenes de “moral sexual” y no de la aventura heroica de la vida cristiana. Los jóvenes no aceptarán la moral sexual si no se les muestra su finalidad. A menudo se queda uno en el discurso de la prohibición, de la regla: es un discurso farisaico. La moral es como la gramática: es importante que exista para poder hablar, pero no se habla para hacer gramática. Si queremos que los chavales se interesen por la gramática, debemos sobre todo mostrarles la poesía de la vida cristiana. Este es el verdadero desafío.

Fabrice Hadjadj

Un comentario en «La poesía de la vida cristiana»

  1. Fabrice Hadjadj no es precisamente santo de mi devoción, pero reconozco que la cita tiene su fondo y su punto de verdad. Sin embargo, es incompleta. Es verdad que la gramática es necesaria pero que hay que conocer la «poesía» que se basa en esa gramática… Pero si pensamos que el único problema con la moral, tal y como está planteada, es que no se hace ver la «poesía» que la habita, estaremos errando el tiro. Ciertamente que hay que ver la meta de la vida cristiana a la que apunta la «gramática» de la moral, pero eso no debe hacer perder de vista que puede haber problemas con la moral tal y como viene desarrollada.
    Los problemas candentes de moral personal y social no son sólo problemáticos porque nos centremos sólo en ellos y no veamos la felicidad cristiana a la que conducen. Son problemáticos porque para muchas personas esas mismas posiciones morales, en su «gramática», son un problema e incluso un serio obstáculo para llegar a gozar, aunque sea en primicia, del Reino.
    En otras palabras, quizás hay que ir más allá de ver la «poesía» detrás de la «gramática. Posiblemente debamos mirar con serenidad y valentía que quizá nuestra «gramática» necesite de una seria revisión, so pena de estar ocultando la poesía, en lugar de dirigir a ella.

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