Los efectos de la inmoralidad política

Este mes Portugal será intervenida para evitar su quiebra soberana. Este rescate sigue a los de Grecia e Irlanda, a quienes se rescató  después de meses (años?) mintiendo sobre su situación económica (y más) . Lo que ya sabemos aunque no lo queramos ver, es que España será el siguiente. Mismas medidas, mismos resultados.Mentir para ganar tiempo. Se hará quizás de manera encubierta para salvar el euro, ya se hizo así cuando estuvimos técnicamente quebrados en Mayo.

El resultado está a la vuelta de la esquina, es lo que se merece el que utiliza la mentira para gobernar. Es el resultado de gobernar desde la inmoralidad, desde la mentira.

6 comentarios en «Los efectos de la inmoralidad política»

  1. Lo malo es que merecerlo sólo lo merecen realmente, ese puñado de indecentes apoltronados en el poder de manera inmoral. El resto somos los que lo padcemos

  2. Tampoco estoy de acuerdo en que este sea el foro. Por supuesto que cada cual es libre de expresar su opinión, pero considero este mensaje desafortunado, aunque por supuesto totalmente respetable, pero lejos del espíritu que yo he percibido hasta ahora en NovaBella. Puedo compartir o no el mensaje -eso es personal-, pero esta, hasta ahora, es una página donde predomina la espiritualidad, el evangelio, Jesús, donde el estilo ha sido otro, donde hemos visto cosas maravillosas de San Ignacio y de Santa Teresa, donde nunca ha habido un posicionamiento tan anti-político -entre otras cosas creo que es injusto, ya que en todo lo que está pasando todos tenemos nuestro granito de responsabilidad y no podemos tirar la primera piedra, yo al menos-. A lo que se dice en estas páginas debieran estar llamados todos, y no percibir rechazo a nadie…

  3. Hola Kiko,

    lo primero es darte las gracias por el tono del mensaje conciliador.

    Sobre si es o no es el foro adecuado, entenderás que opino al revés. Aprovecho para explicarme, pues entiendo que más de uno puede pensar como tú.

    Cuando decidí formar parte de este proyecto, lo hice desde una realidad muy concreta, que no es otra que mi compromiso con la sociedad, en particular desde la política y la economía. Creo que como cristianos, debemos alumbrar con nuestros valores el mundo que nos rodea, ya sea el de la cultura, la tecnología, el arte o la política.

    Lo hice con dos premisas básicas:

    – escapar de planteamientos partidistas
    – no esquivar los asuntos espinosos

    Esta entrada puede dar la impresión de ser partidista y a la vista está, que trata un tema espinoso. La opinión de que nos espera un fuerte ajuste, es compartida por muchos analistas de todo el mundo. La afirmación de que nuestro actual Gobierno ha mentido de forma continuada y sostenida, en asuntos de gravedad para nuestro país, sólo lo niega quien no quiere ver las hemerotecas. Lo mismo que los gobiernos de Grecia, Irlanda y Portugal.

    Detrás de todo, lo que en última instancia motiva esta entrada, no es ni más ni menos, que la firme convicción de que las actitudes inmorales, la mentira, el robo, la corrupción, el trato de favores, la compra de voluntades políticas, etc., tiene consecuencias nefastas en el largo plazo. Esto, es independiente del color político, que no valoro aquí. Las consecuencias, como dice Enrique, las padecemos todos, en especial los que más sufren, los más débiles e indefensos frente a esta crisis que ya parece depresión.

    Despertar las conciencias, construir una sociedad civil libre, exigente con la clase política y comprometida con el bien común, creo que son motivos suficiente para hablar de este tema, que a tantos afecta.

  4. Creo que las críticas más que a la entrada de Pablo se refieren a mi comentario. Y por ello trataré de hacer una autocrítica; ciertamente el tono en que está escrito puede no ser el más adecuado: «indecentes», «apoltronados en el poder de manera inmoral». Lo reconozco, porque la inmoralidad no viene de estar en el poder, si no del uso que se hace de ese poder. Y aquí no puedo dejar de recordar la frase que Ignacio de Loyola recuperó del Derecho Romano «la causa de la causa es la causa del mal causado. Y el mal causado es padecido, como ha ocurrido a lo largo de la historia, por los más débiles.
    Se bien de lo que hablo; lo hago en primera persona. Hace ya mucho tiempo que con fe puse mi vida en manos de Dios, en las amorosas manos del Padre. Con confianza y con firmeza. Y Él siempre ha estado ahí, especialmente durante los dos últimos y larguísimos años en los que he tenido que sustentar a mis hijas y mi familia ayudado de Su Providencia. San Agustín nos recuerda algo real al decirnos «Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti»; me gusta tenerlo presente no sólo en mi fuero más interno si no extrapolarlo. La sociedad en la que vivimos no se salvará sin la intervención de cada uno de nosotros, y una tímida manera de tratar humildemente de hacerlo es, como dice Pablo intentando despertar las conciencias.
    Y por finalizar con mi autocrítica diré, que lo de mercerse el mal causado, ciertamente si bien puede ser humano, no es muy cristiano deseárselo ni a los que lo causan.

  5. Hola Adrián,

    creo que escribimos a la vez nuestras entradas, por eso no te había incluido en mi respuesta.

    Entiendo que el rechazo se produce cuando se siente alguién identificado con el actual Gobierno. Sin embargo, la reflexión no se limita a un Gobierno o a un partido. Desgraciadamente vemos mil ejemplos similares por uno y otro lado. Creo finalemente que una lectura profunda descubre que no hay nada de anti-político, más bien al contrario, es una llamada a la depuración de la política.

    Entiendo el rechazo, pero entiendo que la actitud que condeno debería causarnos más rechazo a los cristianos, por encima del quién.

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