Los límites del Estado

Con Gregorio VII se inició la lucha de las investiduras, cuyo propósito era definir quién debía nombrar a los obispos: ¿ el Papa, o el Emperador? (…) o si se permite el anacronismo, ¿la Iglesia o el Estado?

Gracias a la solución del problema en sentido favorable a la Iglesia, el Estado dejó de ser omnipresente. La civilización europea aprendió que en adelante, el Estado no debería ocupar hasta el último centímetro del espacio social. (…) El reconocimiento de la limitación competencial del Estado creó las condiciones culturales y sociales para que surgiera lo que con el paso de los siglos se denominó Estado Limitado. Así, el ideal de Occidente -un Estado Limitado, en una sociedad libre- fue posible, en gran parte, por la lucha de las investiduras.

Política sin Dios,

G.Weigel

2 comentarios en «Los límites del Estado»

  1. Muy interesante. Ciertamente en los últimos siglos hemos conocido de nuevo la pretensión por parte del Estado de controlar a los ciudadanos, de ser omnipresente, de decidir por ellos. Es una tentación permanente. En verdad, cuando ya no hay fe en Dios, es muy fácil desear que el Estado ocupe su hueco, entonces se abren las puertas a las mayores atrocidades que se pueden cometer.

  2. «Por el contrario, de la concepción cristiana de la persona se sigue necesariamente una justa visión de la sociedad. Según la Rerum Novarum y la doctrina social de la Iglesia, la sociabilidad del hombre no se agota en el Estado, sino que se realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y siguiendo por los grupos económicos, sociales, políticos y culturales, los cuales, como provienen de la misma naturaleza humana, tienen su propia autonomía, sin salirse del ámbito del bien común.
    (Centesimus Annus, n. 13) ” ( Antología de Textos realizada por la Comisión de Justicia y Paz: La persona humana. Documento a cargo de François-Xavier Nguyên Cardenal Van Thuân )

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