Cuando se excluye a Dios del horizonte humano, la vida se siente más amenazada, pues faltan argumentos sólidos y puntos de referencia…Si no existe este sentido sobrenatural, ¿por qué no cambiar de pareja cuando algo falla y cambiarla por otra (y así hasta que el tema funcione)? Esta forma de pensar está centrada en el hedonismo y la permisividad. Sus hijos más inmediatos van a ser el consumismo y el relativismo.
Esta tetralogía (hedonismo-consumismo-permisividad-relativismo) da como resultado un ser humano sin referente ni remitente: que no sabe de dónde viene ni adonde va
Enrique Rojas, el Amor: la gran oportunidad
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