Oración y Espíritu I

En la oración, más que en otras dimensiones de la existencia, experimentamos nuestra debilidad, nuestra pobreza, nuestro ser criaturas, pues nos encontramos ante la omnipotencia y la trascendencia de Dios. Y cuanto más progresamos en la escucha y en el diálogo con Dios, para que la oración se convierta en la respiración diaria de nuestra alma, tanto más percibimos incluso el sentido de nuestra limitación, no sólo ante las situaciones concretas de cada día, sino también en la misma relación con el Señor. Entonces aumenta en nosotros la necesidad de fiarnos, de abandonarnos cada vez más a él; comprendemos que «no sabemos orar como conviene» (Rm 8, 26). Y el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra incapacidad, ilumina nuestra mente y calienta nuestro corazón, guiando nuestra oración a Dios.»

Benedicto XVI, catequesis sobre la oración

Un comentario en «Oración y Espíritu I»

  1. Hola que tal gracias por tu aportación.Muy bonito y profundo.Si es verdad todos necesitamos orar pero no sabemos como y el espiritu santo nos guia y ayuda para que tengamos la plena comunión con Dios.
    Cuidate.
    Un saludo.

Deja una respuesta