Cuando huyo de la oración, del silencio, no quiero huir de ti, Señor, sino de mí: de mi superficialidad.
Karl Rahner, SJ
3 comentarios en «Orantes III»
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Cuando huyo de la oración, del silencio, no quiero huir de ti, Señor, sino de mí: de mi superficialidad.
Karl Rahner, SJ
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¿y quién aguanta el tirón cuando ésto pasa? ¿quién ante el reflejo de su ser vacío, sin Dios, puede rezar en silencio?
Abandono, locura, miedo, desesperación ¿a dónde fuiste?
La mente tiembla, el cuerpo se rompe, todo mi ser pierde tierra y se hunde en el vacío
Sin nada a que agarrarse en la caída me dejo arrastrar por las olas de mi mente.
Tristeza, vacío, estupor, soledad sin límites
¿cuándo volverás a mi lado? ¿acaso te fuiste? ¿soy yo quién se aleja?
Depuras mi alma y mi mente, mi cuerpo y mis manos
Un torbellino de fuego me cerca y siento la muerte acechando.
Humildad, humillación, dolor
¿qué no acertaré a comprender alejándome de ti?
Sin aliento para luchar busco con rabia un sitio seguro donde guarecerme
No encuentro dónde protegerme y me contento con tu presencia ficticia.
Líbrame de mí, de mis miedos, de mi angustia, de mi pasado
Arrasa con todo lo que no seas tú
Quema con tu aliento hasta la última brizna de orgullo
Aniquila todo pensamiento que no proceda de ti.
Bendito el que se deja conducir sin preguntarse nada
Feliz el que cumple tu voluntad sin rebelarse
Dichoso aquel que hace descansar su alma y todo su ser en tus manos.
Permite que encuentre la paz
Ten piedad de mí
Bendito el que se deja conducir sin preguntarse nada