Orar

la oración no es tanto algo que haya de cumplirse a tales o cuales horas, en sitio apartado y recogido y en postura compuesta, cuanto es un modo de hacerlo todo votivamente con toda el alma y viviendo en Dios. Oración ha de ser el comer y el beber y el pasearse y el jugar y el leer y el escribir y el conversar y hasta el dormir, y rezo todo, y nuestra vida en continuo y mudo «hágase tu voluntad» y un incesante «venga tu reino», no ya pronunciados, mas ni aún pensados siquiera, sino vividos»
Miguel de Unamuno

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