Donde el corazón te lleve

Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón.  Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

Susana Tamaro, Donde el corazón te lleve

Púgil en reposo

Pero lo que hace tremendamente dramática esta escultura no son las heridas ni el cansancio, sino la apariencia de desánimo, de resignación  ante una derrota presentida; y, sobre todo, su certeza de que es un hombre de quien escapa la juventud…

Nunca he visto el vigor de un hombre fornido ecperimentgar tanta fragilidad de espíritu.

Javier Reverte, Un otoño romano

Chillida

era muy bonito verle dibujar…el ponía la mano en la postura que fuera y cogía el rotring, casi vertical, y empezaba en una esquina, y le salía la mano entera, no paraba en ningún momento, iba chu chuchú chuchuchú, y la sacaba entera…yo siempre pensé que hasta los pájaros se callaban en esos momentos…era mágico cuando surgía eso…a mí me impresionaba eso mucho más que cualquier otra cosa que le he visto hacer

Luis Chillida sobre su padre