Un libro para la Pascua

«El autor pone, desde la experiencia de la Pascua, en el latir de nuestro corazón y en el fulgor de la mirada, este precioso y cautivador libro, que como buen orfebre ha orado, contemplado, trabajado y macerado en la fragua del amor de Dios. Al leer, orar y contemplar estas páginas, emociona la belleza de su escritura a la luz de la Palabra de Dios durante el tiempo pascual, y la oportunidad de las imágenes, pues afianzan la certeza de que la oración es el fundamento y la primera tarea de cada cristiano en `los bellos y duros trabajos por el Evangelio´”.  José María Avendaño

Una meditación para cada día de Pascua. Con una imagen para contemplar.

_2BP2G_173699.pdf

 

 

Ars silentium II

por eso conviene al ánima de todo punto lanzar de sí todas las ocupaciones interiores y exteriores, y que solamente entienda en recibir a su esposo, por cuanto es simple y uno, y quiere ser buscado en simplicidad y unidad de corazón. Pues el corqazón no es simple y uno si en tantas partes está dividido por cuidados humanos, vanos.

García Jimenez de Cisneros

Monje sentado manos meditando 35,5cm

 

La casa

la casa es la concavidad del cobijo, de la misma manera que el cuenco formado por las manos lo es del don. El tejado de la casa se parece a la figura de las manos juntas mirando hacia abajo; las palmas serían el techo. El cuenco se hace con las manos juntas hacia arriba, Con el cuenco se da y se ofrece, con el techo se guarda y se ampara. El cobijo lleva al don, Se da en casa y se sale de casa para dar.

José María Esquirol, La resistencia íntima

cuenco