oh adonai
pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño
pastor de manantiales
ven a forzarme con el poder de tu brazo
vénceme
derríbame
ven pronto Señor
ven Salvador
Oh sabiduría
Mirar hacia adentro
Palabra y comunicación
Lao Tse, al pasar una frontera, para emigrar, y ser preguntado por el aduanero si tenía alguna cosa que declarar contestó: «ninguna» . El joven que le acompañaba se le quedó mirando y dijo:» Ha podido hablar, comunicarse, enseñar existir en las palabras…»y todo se llenó de claridad.
Así dicen que lo cuenta Bertolt Brecht
Fascíname
Oh Astro mío querido, fascíname, para que ya no pueda salir de tu esplendor. Oh Fuego abrazador, Espíritu de amor, desciende sobre mí, para que en mi alma se realice como una encarnación del Verbo: que yo sea para Él como una prolongación de su Humanidad Sacratísima en la que renueve todo su Misterio. Y Tú, oh Padre, inclínate sobre esta pobre criatura tuya, cúbrela con tu sombra, no veas en ella sino a tu Hijo Predilecto en quien tienes todas tus complacencias.
Beata Isabel de la Trinidad
Bueno conmigo
Humildad
Asombro y luz
y también la luz. Esa posibilidad de experimentar el asombro y también la unión con el mundo en el que estamos y transformarnos en esa luz interior, en la que nos vemos y en la que somos, pero esa luz interior, ese descubrimiento del gozo de los sentidos estuvo determinado por una nueva forma de mirar
Emilio Lledó, discurso en la recepción premio Princesa de Asturias Humanidades 2015
Viga de la Iglesia
La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia « vive un deseo inagotable de brindar misericordia
Misericordiae Vultus
Ojos fijos en el señor
Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. « Dios es amor » (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión.
Misericordiae vultus, n.8
Misericordiae vultus
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra
Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado
Misericordiae Vultus, bula convocatoria Año jubilar de la misericordia
Orar
Lejos, pues, de nosotros la oración con vana palabrería; pero que no falte la oración prolongada, mientras persevere ferviente la atención. Hablar mucho en la oración es como tratar un asunto necesario y urgente con palabras superfluas. Orar, en cambio, prolongadamente es llamar con corazón perseverante y lleno de afecto a la puerta de aquel que nos escucha.
San Agustín