Solo se da lo que se es y lo que se tiene en esta soledad, en esta vida solo con Dios solo, en este recogimiento profundo del alma que lo olvida todo para vivir en unión con Dios, y Dios se da enteramente a todo aquél que se entrega totalmente a él. Daos enteramente a él solo y se os dará enteramente.
Beato Carlos de Foucauld
Desierto II
Necesita ese silencio, ese recogimiento, ese olvido de todo lo creado en el que Dios establece su reinado y forma en ella el espíritu interior: la vida íntima con Dios, el diálogo del alma con Dios en la fe, la esperanza y la caridad. Más tarde el alma dará frutos en la medida exacta en que el hombre interior se haya formado en ella»
Beato Carlos de Foucauld
Desierto
«Es preciso pasar por le desierto y permanecer en él para recibir la gracia de Dios; es ahí donde uno se vacía, donde uno echa fuera de sí todo lo que no es de Dios y vacía completamente su ser, tan pequeño, para dejar todo el espacio para Dios. Es un tiempo de Gracia»
Beato Carlos de Foucauld
Feliz 2015
Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz» (Nm 6,24-25).
Oración
Que tu Gracia Señor inspire y acompañe nuestras obras; para que todo nuestro trabajo brote de ti como de su fuente y tienda a ti como a su fin.
Oración litúrgica
Lo acompañaba
El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría. Y la gracia de Dios lo acompañaba.
Lc 2, 40
Tentaciones: martalismo
La enfermedad de «martalismo» (Marta), de la excesiva operosidad: es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado, inevitablemente,»la mejor parte»: Sentarse a los pies de Jesús. Por eso, Jesús invitó a sus discípulos a «descansar» porque descuidar el necesario reposo conduce al estrés y la agitación. El tiempo del reposo para aquellos que han completado su misión, es necesario, es debido y debe tomarse en serio: pasar un «tiempo de calidad »con la familia y respetar las vacaciones como un tiempo para recargarse espiritual y físicamente; hay que aprender lo que enseña el Eclesiastés que ‘hay un tiempo para todo
Luz
Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas.
I Jn 2, 3-11
Luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo
Lc 2, 22-35
Sagrada Familia
El mensaje que viene de la Sagrada familia es, ante todo, un mensaje de fe: la casa de Nazaret es una casa en la que Dios ocupa verdaderamente un lugar central.
Juan Pablo II
Adorarte y verte
Pero la angosta mirada humana ¿cómo iba a poder abarcar a Dios, al que no abarca todo el mundo creado? La exigencia del amor no atiende a lo que va a ser o a lo que debe o puede ser. El amor ignora el juicio carece de razón, no conoce la medida. El amor no se aquieta ante lo imposible, no se remedia con la dificultad.
El amor es capaz de matar al amante si no puede alcanzar lo deseado; va a donde se siente arrastrado, no a donde debe ir.
El amor engendra el deseo, se crece con el ardor y, por el ardor, tiende a lo inalcanzable. ¿Y qué más?
El amor no puede quedarse sin ver lo que ama.
San Pedro Crisólogo
Tu presencia
Al comenzar el bombardeo fui presa de un pánico indescriptible. La muerte estaba al alcance de mi mano. Era joven y no quería morir. Mi impotencia me hacía sentir una ira irrefrenable, puesto que no podía defenderme ni tampoco huir, y no me quedaba otra salida que ver llegar a la muerte sin poderlo remediar.
Me rebelaba con toda mi fuerza vital contra el hecho de caer en la nada. De pronto mientras me debatía contra la ira y el miedo , me inundó un sentimiento de infinita paz. Supe de la presencia de Dios. Sentí que carecía de importancia el hecho de que fuera a morir o no, pues las cosas están bien así como están, Nada verdaderamente importante puede suceder con la muerte. No se trataba de un pensamiento sino de una súbita certeza de la que fluía la paz, la seguridad, el sentimiento de hallarme protegido.
Si bien exteriormente nada había cambiado, la presencia de Dios se me manifestaba como una certidumbre indubitable. Tan patente se me hizo la existencia de dios que me hubiese sido más fácil creer que yo no existía antes que dudar de su presencia, Era de una evidencia absoluta. Yo tenía 17 años y, por ende, no elaboré esta experiencia»
alegrémonos
Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida.
Reconoce, cristiano, tu dignidad (…) No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas y trasladado a la luz y al reino de Dios.
San León Magno