Contigo

Mi vida se ha convertido en un diálogo ininterrumpido contigo, Dios mío, un único y gran diálogo. A veces, cuando estoy en una esquinita del campo, con los pies plantados sobre tu tierra y mis ojos dirigidos hacia tu cielo, mi rostro se inunda de lágrimas que gotean de una emoción profunda y de gratitud. También por la noche, cuando, acostada en mi cama, me recojo en ti, Dios mío, lágrimas de gratitud inundan el rostro: es esta mi oración”.

Etty Hillesum

Esta es la última anotación en sus cuadernos. Toda la familia Hillesum fue deportada a Auschwitz en septiembre de 1943. Los padres fueron eliminados de inmediato en las cámaras de gas, mientras que Etty, según la Cruz Roja, murió el 30 de noviembre. Tenía 29 años.

Etty_Hillesum[1]

Pobre

Y cuando en tu gran pobreza le digas: «Señor, no tengo nada que darte», será El quien te dará el agua viva en tal abundancia que creerás morir. Mira, querida amiga, por haber pasado, y terriblemente, en la horrorosa noche de la negación sé que este vacío que grita en nosotros su angustia, ya es la voz del pastor. Creo que El te ama como nos ama a todos y que su inmenso, su terrible amor sabrá bien conquistarte.(…)

Tú se generosa y un día, una tarde, una noche, cuando algo inmenso grite en ti un hambre de alegría, un hambre de paz, ponte simple y pobremente de rodillas. No pidas nada a Dios mejor que tú el sabe lo que deseas, pero dile con la fuerza de la verdad de tu corazón: «Haz de mi lo que quieras»

Madeleine Delbrêl

PRIERE POUR LA BEATIFICATION DE MADELEINE DELBREL

San Juan XXIII

No cometió el error de pretender conocer el futuro ni las consecuencias últimas de lo que estaba intentando hacer: siempre se había contentado con «vivir al día, incluso «a la hora», como los lirios del campo, y en su nueva condición ( de papa) estableció como regla básica de conducta «no tener preocupación por el futuro», no hacer provisión humana cara al futuro, y cuidarse de no hablar con nadie acerca del futuro de manera confiada y ocasional. Era la fe, no la teoría teológica o política, la que le previno contra «toda connivencia con el mal en la vana esperanza de poder ser de utilidad a alguien».

Esta completa libertad respecto de cuidados y preocupaciones era su forma habitual de humildad. L que le hizo libre fue el poder decir, sin reservas de ningún tipo, fuesen mentales o emocionales, «Hágase tu voluntad».

Hannah Arendt, en Hombre en tiempos de oscuridad