El leopardo de las nieves II

Sobre el camino, sobre el brillo de la mica y de extrañas piedras resplandecientes, yace la pluma amarilla y gris azulada de un pájaro desconocido. Y acto seguido llega una intuición penetrante, en modo alguno entendida, de que esta pluma sobre la senda plateada, en este ritmo de sonidos de madera y cuero, respiración, sol y viento e ímpetu de río, en este paisaje sin tiempo pasado o futuro, en este instante, en todos los instantes, transitoriedad y eternidad, muerte y vida son una y la misma cosa.

Peter Matthiessen

El leopardo de las nieves

Seguir adelante como si no supieras nada, ni tu edad, ni tu sexo, ni el aspecto que tienes. Seguir adelante como si estuvieras hecho de gasa…una niebla que pasa a través y por la que se pasa a través sin que pierda su forma.Una niebla que pierde su forma sin dejar por ello de ser. Una niebla que finalmente se disuelve, desperdigando sus partículas al sol »
Peter Matthiessen

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Evangelizar en internet

Para evangelizar en internet Gustavo Entrala, creador de @pontifex, dió da estas claves, en el congreso de iMision:

segmetación (no decir lo mismo y de la misma manera a todos, saber llegar, utilizar lenguajes específicos),
medir (evaluar responsablemente, conocer el efecto y las consecuencias que tiene aquello que hacemos, conocer mejor la realidad en la que nos movemos y el alcance de lo que se hace),
gustabilidad (belleza, y algo más, belleza con atractivo, que llame positivamente la atención y despierte),
empatía (de nuevo, una vez más, se recuerda que estar en la red es tratar con personas, de persona a persona, y es necesario salir de los guettos que fácilmente nos creamos al polarizarnos en la red),
arriesgar (con una cierta dosis de imprudencia, de innovación, de libertad interior al servicio del evangelio y de la iglesia, probar nuevos terrenos)
y creatividad (que también se educa, aunque ciertamente es un don, tanto en el lenguaje como en los medios).

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Ver el misterio

Cabo de Gata
Uno de los lugares más misteriosos de este mundo. Extraño lo que en él sucede. Casi nunca nada. Todo. Lleno y vacío. El sol y la luna, codo con codo, haciendo guardia. Lo solar, lo lunar, un doble envés, la misma mano. En el mar. En las lomas peladas, desérticas.(…)

El azul y su ausencia.(…)

Lugar remoto que se queda dentro, más cerca que un latido. Pocos parajes tan solitarios habrán dado a un alma tanta compañía. Aquel extremo de un llegar que es origen, principio, y es origen, principio, de un llegar extremo, de un misterio. Y como en todo misterio, la puerta que se abre, cierra otra estancia.
Andrés Trapiello en Hemeroflexia

Platero y yo XV

A Platero en su tierra

 Un momento, Platero, vengo a estar con tu muerte. No he vivido. Nada ha pasado. Estás vivo y yo contigo… Vengo solo. Ya los niños y las niñas son hombres y mujeres. La ruina acabó su obra sobre nosotros tres —ya tú sabes—, y sobre su desierto estamos en pie, dueños de la mejor riqueza: la de nuestro corazón.

¡Mi corazón! Ojalá el corazón les bastara a ellos dos como a mí me basta. Ojalá pensaran del mismo modo que yo pienso. Pero, no; mejor será que no piensen… Así no tendrán en su memoria la tristeza de mis maldades, de mis cinismos, de mis impertinencias.

¡Con qué alegría, qué bien te digo a ti estas cosas que nadie más que tú ha de saber!… Ordenaré mis actos para que el presente sea toda la vida y les parezca el recuerdo; para que el sereno porvenir les deje el pasado del tamaño de una violeta y de su color, tranquilo en la sombra, y de su olor suave.

Tú, Platero, estás solo en el pasado. Pero ¿qué más te da el pasado a ti, que vives en lo eterno, que, como yo aquí, tienes en tu mano, grana como el corazón de Dios perenne, el sol de cada aurora?

Tiempo de silencio

¿Cómo vivir el silencio? Pienso que hay tres tipos de medios para ello. El primero está formado por todos aquellos que puedo aplicar a lo largo del día, en medio del aje-treo cotidiano, y que me permiten “estar atento”, y no dejarme llevar sin más. Otro tipo se refiere a los que me permiten establecer tiempos de silencio, de corte, de concentra-ción en lo esencial, de apertura consciente a Dios. Tiempos diarios, semanales, anuales… Es ilusorio pensar que puedo mantener una actitud habitual de silencio si no dedico a ella tiempo de manera específica, intencional y concreta. El tercer tipo es el examen, es decir, la revisión periódica de cómo estoy viviendo esta actitud y el comentario de ello con el acompañante espiritual.
Miguel Ángel Cortés

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Silencio de las conexiones

Nuestro Fundador, el beato Chaminade, de manera pedagógica, establecía cinco silencios, aplicando esta actitud a otras tantas dimensiones de la personalidad: el silencio de las palabras, el silencio de los signos (gestos), el silencio de la mente (pensamientos), el silencio de las pasiones (movimientos afectivos), y el silencio de la imaginación. Se me ocurre pensar que, de haber vivido hoy, quizá el P. Chaminade hubiese añadido un sexto silencio: el silencio de las conexiones. Me refiero a esa dimensión de nuestra persona que las nuevas tecnologías han creado, que es la conexión permanente, en tiempo real, con un montón de personas. Creo que también esta dimensión hay que orientarla con esta actitud del silencio, no porque sea negativa, como tampoco lo son las palabras, los signos, la mente, las pasiones o la imaginación, sino porque, formando ya parte de nosotros, debe ser conocida, señoreada, e impregnada de la presencia de Dios

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Silencio chaminadiano y IV

Y aquí entra la tercera dimensión del silencio: la atención a la presencia de Dios en mí. Todo esto del silencio hay que vivirlo en un clima de oración, y un modo de oración muy concreto al que el beato Chaminade daba mucha importancia, no como una cima para los ya iniciados, sino como los primeros pasos necesarios para el principiante: la oración de presencia de Dios. Se trata de cultivar la conciencia habitual de esa presencia amorosa y vivificante, que habita en nosotros, que nos mueve, que nos va configurando con el pensar, el sentir y el actuar de Cristo Jesús. Él es el criterio que necesito para el discernimiento mis movimientos interiores. El silencio supone, pues, una apertura al Señor, una escucha atenta a su presencia.
Miguel Angel Cortésde

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Silencio chaminadiano III


El conocimiento de sí mismo no pasaría de ser una especie de buceo turístico en el océano inter-ior, si no ayudase al dominio de sí, al señorío sobre mi persona. Se trata de poder filtrar esos movimientos interiores para favorecer los constructivos y evitar los destructivos. Hay movimientos claramente tóxicos, nocivos, para mí y para los otros, y puedo evitar, en la medida de lo posible, que se adueñen de mi persona.
Miguel Angel Cortés

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Platero y yo XIV

Tormenta

 Miedo. Aliento contenido. Sudor frío. El terrible cielo bajo ahoga el amanecer. (No hay por dónde escapar.) Silencio… El amor se para. Tiembla la culpa. El remordimiento cierra los ojos. Más silencio…

El trueno, sordo, retumbante, interminable, como un bostezo que no acaba del todo, como una enorme carga de piedra que cayera del cenit al pueblo, recorre, largamente, la mañana desierta. (No hay por dónde huir.) Todo lo débil—flores, pájaros—desaparece de la vida.

Tímido, el espanto mira, por la ventana entreabierta, a Dios, que se alumbra trágicamente. Allá en Oriente, entre desgarrones de nubes, se ven malvas y rosas tristes, sucios, fríos, que no pueden vencer la negrura. El coche de las seis, que parecen las cuatro, se siente por la esquina, en un diluvio, cantando el cochero por espantar el miedo. Luego, un carro de la vendimia, vacío, de prisa…

¡Ángelus! Un Ángelus duro y abandonado, solloza entre el tronido. ¿El último Ángelus del mundo? Y se quiere que la campana acabe pronto, o que suene más, mucho más, que ahogue la tormenta. Y se va de un lado a otro, y se llora, y no se sabe lo que se quiere…

(No hay por dónde escapar.) Los corazones están yertos. Los niños llaman desde todas partes…

¿Qué será de Platero , tan solo allá en la indefensa cuadra del corral?

Silencio chaminadiano II

La primera dimensión del silencio es cultivar una mirada habitual, casi instintiva a los movimientos internos de uno mismo, a lo que espontáneamente brota de mi interior. Es la capacidad de entrar dentro, es desarrollar la percepción de mi mundo interior, que me permitirá identificar, poner nombre a lo que hay en mí y, de esa manera, avanzar en el conocimiento de mí mismo.
Miguel Angel Cortés

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Silencio chaminadiano I

Como sabéis, el beato Chaminade daba mucha importancia al silencio en la formación de los religiosos, porque para él es un hábito imprescindible en la vida espiritual. Desde su perspectiva, el silencio es mucho más que el simple callar o la ausencia de ruidos. Podemos decir que el silencio es un camino necesario para alcanzar, al menos, tres importantes objetivos: el conocimiento de sí mismo, el dominio de sí, y la atención a la presencia de Dios.
Miguel Angel Cortés, sm

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