Lao Tse, al pasar una frontera, para emigrar, y ser preguntado por el aduanero si tenía alguna cosa que declarar contestó: «ninguna» . El joven que le acompañaba se le quedó mirando y dijo:» Ha podido hablar, comunicarse, enseñar existir en las palabras…»y todo se llenó de claridad.
Así dicen que lo cuenta Bertolt Brecht