Permanece en el amor.

Sentid bien al Señor y buscadlo con sencillez de corazón, porque los que no lo tientan lo hallan y se manifiesta a aquellos que en él confían.

Sab 1, 1-2

Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana, lo que lees,
lo que conoces, lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera.
(P. Arrupe, s.j.)

Vía Hospitalidad

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