Personas que viven di-vertidas, alienadas, des-aforadas, son perfectamente manipulables para los que manejan el mundo y se benefician de los grandes negocios. Cuanto menos piensen, cuanta menos formación tengan (aunque tengan mucha información), cuanto menos críticos sean, se transforman en los consumidores-víctimas ideales de la sociedad de consumo, del dios Mercado
Luis Casalá