Poesía navideña II

Tengo la impresión de que la poesía gira siempre sobre el mismo tema: el deseo de retener la verdad y la belleza que resultan fugaces, de burlar al tiempo, en cierto modo. La Navidad me asocia indudablemente a la infancia, a la fe del niño, a la ingenuidad incluso, a la esperanza. Y también hay que reconocer que la Navidad está tremendamente vinculada con la nostalgia, con la sensación de pérdida, porque nos devuelve el recuerdo, incluso familiar, de aquello que pasó y no volverá a producirse .

Extraviado en el bosque
como un corzo que huyera sujetando
a la niebla y al desdén de las ramas
su tímida tristeza, la inquietud de su paso,
he visto la luz dentro del tiempo fugitivo.
He visto la luz darse como lumbre al arroyo
y en el álamo quieto desvestirse tranquila
o mudar en las verdes laurisilvas antiguas.
Sin saber cómo y cuándo
he visto que las horas acumulan silencio
y la luz en el párpado del camino quebrado
que hasta el borde conduce del abismo y las peñas.

(…)

Con la frágil hondura de la voz quieta y sola
y alargando los ojos
he visto los reflejos de la luz y he querido
atraparla en las líneas de mi mano sin éxito
por dársela a los niños
cuando algunos les digan que no hay luz en el bosque.

 Enrique Barrero

05.31

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