Silencio ante Dios

Nunca haré ruido cuando tú quieras estar silencioso. Estaré contenta como tu mejor niña- nadie me verá sino tú- que es bastante- ya no querré nada más”

Emily Dickinson escribe esta frase, en una carta dirigida a su maestro.

Yo se la digo, como oración, al mío.

Acepto el silencio, Tu silencio. Acepto no hacer ruido, vivir calladamente.  Mi contento es saber, por la fe confiada, que estás presente.  Tú me ves, Tú estás conmigo. ¿Para que querer algo más, si la Gracia en mí tus ojos imprimen? ¿Qué me falta? Solo Tú bastas.

Un comentario en «Silencio ante Dios»

Deja una respuesta