El huevo o la gallina. Ser fiel al amor no al deseo


‘Chicken or the Egg’ creado por Kim and Wu (KIMWU)

Amar es elegir, decir que no a algo bueno que deseas por algo mejor que prefieres. La fidelidad es tener claras tus preferencias rechazando cada día aquello que te aleja de ellas, recordando por qué lo prefieres.

9

Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.
Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.

(Mt 19, 8-11)

Apotegmas. La tentación que robustece

Uno de los padres dijo: «Si el árbol no es sacudido por el viento, no crece, ni hunde sus raíces. Así también el monje: si no es tentado y no soporta la tentación, no se hace valeroso.»

N 396
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Los evangelios coinciden en narrar que Jesús, después de ser bautizado por Juan en el Jordán, fue empujado por el Espíritu al desierto para ser tentado. De allí salió robustecido pues fue capaz de decir sí a Dios en la prueba del día a día, y no solo en la confesión verbal de una fe heredada o en el cumplimiento de unos preceptos. Sin duda, con semejante fe que no vacila ante la tentación, la justificación es directa y ya no necesita de las obras de la ley (Rm 3, 28)

Viñeta de El gran divorcio (un sueño) C. S. Lewis

A raíz de este post de Nova Bella, una de las lectoras del blog Lisset Vera se puso en contacto conmigo el 6 de agosto de 2010, para recomendarme un texto de C. S. Lewis y ver si lo podría sintetizar en unas viñetas como el de las semillas.

La idea me gustó, me leí el libro “El gran divorcio (un sueño)” al que pertenece el fragmento (páginas 75 a 79) y me puse manos a la obra. Sin embargo el proyecto se fue dilatando por falta de tiempo. Aun así, la historia y los bocetos me fueron acompañando en mi propia vida y me sentí muy identificado con este cuento en el que queda reflejado lo difícil que es librarse de las tentaciones. Aunque uno se da cuenta de qué es lo que no quiere, muchas veces se resiste a eliminarlo de su vida porque se sigue sintiendo inclinado a ello. Finalmente refleja la experiencia de conversión al dejarse en manos de Dios.

Por fin, después de retomarlo y dejarlo varias veces, y gracias a la insistencia periódica de Lisset durante estos 2 años que de vez en cuando me lo recordaba, hace unos días, decidí encontrar tiempo y terminarlo.

Puedes descargar los pdf para leerlo o imprimirlo aquí:
“Viñeta de El gran divorcio (un sueño)” color
“Viñeta de El gran divorcio (un sueño)” blanco y negro

Está pensado para imprimir las 4 hojas en un folio a dos caras

publicado en smm.marianistas.org

Discernimiento Ignaciano 4. Paciencia en la prueba

7ª regla: aumentar imagen

El que está en desolación, considere cómo el Señor le ha dexado en prueba en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta; porque el Señor le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole tamen gracia sufficiente para la salud eterna.

Sobre las pruebas que afrontamos en la vida, puedes leer:
…y Jesús fue tentado
La serie Perdidos (Lost)

“¡Ven!”, le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, en dirección a Jesús. Pero al sentir la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: ¡Señor sálvame!
(Mt 14, 22-33)


8ª regla: aumentar imagen

El que está en desolación, trabaxe de estar en paciencia, que es contraria a las vexaciones que le vienen, y piense que será presto consolado, poniendo las diligencias contra la tal desolación, como está dicho en la sexta regla.

Para ampliar algo más sobre la paciencia en el amor ante los momentos de desolación, puedes leer:
Contemplar el amor en medio del sufrimiento

Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad
(Mt 26, 36-46)


¿En los momentos de sufrimiento, te ha servido tener paciencia y recordar el amor incondicional de Dios?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola

Discernimiento Ignaciano 1. Los dos espíritus


1ª regla: aumentar imagen

En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal, acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, haciendo imaginar delectaciones y placeres sensuales, por más los conservar y aumentar en sus vicios y pecados; en las cuales personas el buen spíritu usa contrario modo, punzándoles y remordiéndoles las consciencias por el sindérese de la razón.

Sobre la forma en que el «buen espíritu» golpea nuestra vida cuando nos alejamos de «él», puedes leer:
Cambaiar de sintonía
Dios existe y yo me lo encontré



2ª regla: aumentar imagen

En las personas que van intensamente purgando sus pecados, y en el servicio de Dios nuestro Señor de bien en mejor subiendo, es el contrario modo que en la primera regla; porque entonces propio es del mal espíritu morder, tristar y poner impedimentos inquietando con falsas razones, para que no pase adelante; y propio del bueno dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos impedimentos, para que el bien obrar proceda adelante.

Sobre la forma en que el «mal espíritu» nos tienta especialmente cuando nos alejamos de «él», puedes leer:
A pesar de la tentación seguía adelante


El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola

[aPt.11] ¿Puedes frenar el viento? – Enfrenta

apt11_viento

Un hermano se llegó a Abba Poemen y le dijo:

“Abba, me asalta una multitud de pensamientos y estoy en peligro”.
El anciano le sacó fuera, al aire, y le dijo:

“Abre tu hábito y agarra el viento”.
Él le contestó:

“No, no puedo”.
Entonces repuso el anciano:

“Si no puedes, tampoco puedes evitar que esos pensamientos entren dentro. Pero has de hacer una cosa: enfrentarte con firmeza a ellos”.

«Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.»

(Mateo 4, 1)