Tagore II

Mientras fui prisionero de mi casa, y tuve cerradas mis puertas, mi corazón estaba siempre pensando en huir y vagar. Ahora, ante mi portón caído, me estoy quieto, esperando tu venida.

Me tienes atado con mi libertad.

Y siento el raudal de mi vida precipitarse al infinito

Tagore

Deja una respuesta