Un baile con Dios

El baile. Ese movimiento al compás de la música que te hace moverte hasta el infinito con tu pareja. Baile de salón, hip-hop, baile flamenco, salsa, vals, tango…¿y si Dios te propusiera bailar? Hay una invitación esperando respuesta…

…Estará lleno de gozo por tí, con su amor te dará vida nueva, bailará y gritará de alegría por tí…»

(Sof 3, 17-20)

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Dios nos lleva danzando y caminando, porque le pone un tono de fiesta, de movimiento, de entusiasmo al asunto. «Entusiasmo» es el sentimiento de experimentar que Dios está con nosotros. Es importante conocer el modo, el ritmo como Dios quiere que yo vaya danzando, con entusiasmo, sino, corro el riesgo de no bailar o andar arrastrado.

Además, lo típico de la danza es saber el «paso» de la pareja, es más bien que saberlo, intuirlo, y entonces, el baile es muy bonito; llena de alegría el irse desplazando rítmicamente. Lo que se acostumbra en la danza es que uno «lleva al otro», sino, andamos a tropezones y pérdida de ritmo.

Invitación: a dejarme llevar, a abandonarme sin querer controlarlo todo. El Señor nos hace sentir su paso, que no lo siento extraño. La mejor manera de intuir el paso de baile es estar cerca y mirar a los ojos. En esa mirada se comunica todo un lenguaje corporal hermoso. Quizás al comienzo el paso te parece difícil o desconocido, pero en el fondo verás que te va bien y sale bien…

Esa danza que Dios te sugiere te hace sacar lo mejor de tí, aunque el comienzo no te pareciera. No puedes olvidar que tú no eres quién conduce, te darás cuenta que eres llevado. Eso es lo que quiere decir andar en la fe. La palabra fidelidad en hebreo puede traducirse como ser llevado en brazos. En el baile soy yo llevado en sus brazos. En el baile soy yo llevado en su brazo íntimo. Este paso que es el deseo de Dios para ti, no sólo se alía con tus deseos profundos, sino que te brinda aún más intimidad, se convierte en camino, es un proyecto para vos…

Y toda esa danza está orientada a generar la gran danza de la humanidad. La gran danza de la fiesta en la cual las personas pobres y pecadoras son las primeras en ser invitadas, para que en conjunto vayamos cambiando un poquito  el rostro del mundo, limpiándoles las lágrimas amargas, para que broten lágrimas de alegría, de consuelo, de descanso y hermanadas.

Baile, el paso de baile y los deseos profundos están entrelazados, en un diálogo de deseos.

Reflexión de Carlos Cabarrús


4 comentarios en «Un baile con Dios»

  1. es hermoso conocer haber conocido esta pagina para aprender mas de dios les agradesco por ser unos hijos de dios porque nos enseñan mucho para aprender en los caminos de dios a los que recien estamos iniciando en los caminos de dios que dios les bendiga

  2. EY! Tengo una pregunta! la imagen de la fotografia es de alguien¿? Lo pregunto por si la puedo usar para ponerlo como evento y tal por facebook y estas cosas. Soy profesor de baile y el dibujito me encanta, espero que me digáis algo. Un abrazo

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