consiste en orar, conservando siempre el corazón en un silencio profundo, en una carencia total de objetivos.

consiste en llamar sin cesar a Jesús en nuestra ayuda. La oración, muy cerca de la contradicción, es un grito que se eleva desde el fondo del corazón hacia Cristo, con un inexplicable gemido»

Hesiquio de Batos, La Filocalia de la oración de Jesús

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