Albergar el infinito.

Si en el alma hay un huésped,
no se sale de casa:
¡para qué viajar
si estamos albergando al infinito?

La urbanidad prohíbe
que se le ocurra irse al anfitrión,
cuando está de visita,
el gran Emperador

Emily Dickinson

¿Por qué buscar fuera al que tenemos dentro?

¿No me doy cuenta que en el silencio estoy albergando al infinito?

Un comentario en «Albergar el infinito.»

  1. Hola que tal gracias por tu aportación.Muy bonito y muy profundo.Claro que si buscamos mucho fuera para estar bien cada uno pero no nos damos cuenta que todo lo llevamos dentro ya que allí tenemos al espiritu santo que nos dá fuerzas y nos alienta.Entonces si ponemos de nuestra parte lo escucharemos y le haremos caso y nuestra vida canbiará.
    Gracias.
    Un saludo.

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