Dios, en lo que tiene de más viviente y de más encarnado, no se halla lejos de nosotros, fuera de la esfera tangible, sino que nos espera a cada instante en la acción, en la obra del momento. En cierto modo se halla en la punta de mi pluma, de mi pico, de mi pincel, de mi aguja, de mi corazón, de mi pensamiento”
Teillard de Chardin