Cada mañana

Cada mañana
me sumergiré en Ti, agua de la vida,
antes de ser vaso,
nutriente en el surco,
juego en la fuente,
sosiego en el lago.
 
Cada mañana me afinaré en Ti,
Palabra del Padre,
antes de ser susurro al oído
discurso en el aula,
anuncio en el viento,
silencio en la escucha.
 
Cada mañana me orientaré en Ti,
camino del Reino,
antes de ser paso en la calle,
ruta en la frontera,
pausa en la espera,
salto en el aire.
 
Cada mañana me reposaré en Ti
sabiduría encarnada,
antes de ser
vigilia en el sueño,
flecha en el arco,
sutura en la herida,
cansancio en tu mano.
 
Cada mañana me miraré en Ti,
imagen del Padre,
antes de ser
alegría en el rostro,
fuerza en los brazos,
caricia en los ojos,
luz en el barro.
 

Benjamin González Buelta
 

Ellos también te necesitan

Muchos jóvenes se preparan en estas semanas para realizar sus últimos exámenes del curso, pero también es momento para planificar y preparar todas las actividades de verano.

Numerosas actividades preparadas especialmente para que los jóvenes descubran como vivir intensamente, también en verano, y como hacerse presente de manera especial con personas que lo necesita. Es el fin de muchos Campos de Trabajo: el encuentro con los más débiles, con los preferidos de Jesús y a quienes podemos dedicar parte de nuestro tiempo, porque la recompensa será sin duda enorme.

Los que trabajamos directamente con personas con discapacidades psíquicas y físicas sabemos de lo que hablamos. Es mucho más lo que recibes que lo que das. Ellos son los que dan sentido a nuestro trabajo.

Ojalá descubramos el valor que tienen estas personas y sigamos luchando para hacer que puedan ser cada vez más felices.

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Acoger la novedad de Dios

 

acoger a Dios

La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad, trasforma y pide confianza total en Él. (…) La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien.

Fragmento de la Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de Pentecostés.
Para leer la homilía completa pincha aquí.

Escondido para el mundo

Si tuviéramos que contar la cantidad de artículos que se han escrito esta semana sobre la dimisión del Papa Benedicto XVI, tendríamos que estar un buen rato y aún así, seguro que se nos escaparían muchos.
Todos hemos podido leer toda clase de opiniones, comentarios, críticas, acciones de gracias, reconocimientos,absurdeces, etc.

Pero sin duda, uno de los que a mí personalmente más me ha gustado y llamado la atención, ha sido el de Alfonso Crespo, un sacerdote diocesano de Málaga, que a parte de ser buena persona, es un profesor estupendo de Teología Espiritual.
Un breve artículo, pero como se suele decir, si breve dos veces bueno.

La nueva presencia de Benedicto XVI

En un encuentro entrañable del Papa Benedicto XVI con el clero de su diócesis, sacerdotes y seminaristas, el obispo de Roma se despedía de ellos con estas hermosas palabras: “Aunque me retiro ahora, en la oración estoy siempre cercano a todos vosotros y estoy seguro de que también todos vosotros estaréis cercanos a mí, aunque permaneceré escondido para el mundo”.

A todos nos ha conmocionado la renuncia del Papa al ejercicio del ministerio de Pedro. Incluso, hemos podido emitir juicios fáciles y comparativos con el trayecto final de su inmediato antecesor, el venerado Juan Pablo II, que murió prácticamente ante los ojos de todos, afirmando que a pesar de su grave enfermedad y deterioro final no quiso “bajarse de la cruz”. Quizás él también se planteó la renuncia. Y su conciencia, “ese sagrario donde Dios nos habla”, le invitó a continuar. Pero ¿podemos decir, como se ha dicho por algunos medios de comunicación, que Joseph Ratzinger se haya bajado de la cruz? Creo que no. Es mejor decir que la ha abrazado, Sigue leyendo Escondido para el mundo

Testigos de la fe

En este recién comenzado Año de la Fe, que mejor que volver a recordar las palabras que Benedicto XVI dijo en la Homilía de la Eucaristía final de la JMJ Madrid 2011. Qué mejor momento para releerlas y empapanarnos del ánimo y las palabras del santo padre, que nos anima a no tener miedo de anunciar a Jesucristo, a ser testigos fieles y llevar el Evangelio a todos los lugares.

No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe. Necesita ciertamente a Dios. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

Leer mensaje completo

 

Plena actualidad del Concilio Vaticano II

Hoy, 11 de octubre de 2012, la Iglesia celebra el 50 aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II.
No cabe duda de que a partir de éste, la Iglesia no volvió a ser la misma. El concilio supuso una renovación interior, un deseo de búsqueda de los «signos de los tiempos», un hacerse más presente en las realidades del mundo; la conciencia de una Iglesia formada por diferentes ministerios y carismas unidos todos en una misma comunión y misión; un compromiso con la realidad humana; una renovación litúrgica, etc.
Como muchos dicen, el CV II fue un nuevo «pentecostés» que trajo grandes ilusiones y esperanzas.
Aunque muchos pensarán que tras 50 años ya está anticuado, sin embargo, habría que leer muy bien los diferentes documentos del Concilio para darse cuenta de la plena actualidad que tienen en nuestra sociedad, y sólo ahora estamos «empezando a descubrir» el sentido de todos ellos.
Momento de alegría y acción de gracias en toda la Iglesia, porque además, con motivo de estos 50 años, comenzamos también el Año de la Fe.

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.

Gaudium et Spes 1

Siempre junto a ti

A veces lo más sencillo puede darle sentido a muchas cosas.

SIEMPRE JUNTO A TI

Cuando estés cansado, yo te ayudaré.
Cuando todos huyan, yo me quedaré.
Juntos en la vida, juntos en la cruz,
siempre junto a tí, Jesús.

Clavarán tus brazos, clavarán tus pies.
Yo estaré a tu lado, te acompañaré.
Te daré mis manos y mi ciorazón,
te daré todo mi amor.

No hay otra manera, no hay ninguna opción.
Ese es el camino de la salvación.
Al morir por otros, siempre vivirás,
Dios te resucitará.

Cuando estés cansado, yo te ayudaré.
Cuando todos huyan, yo me quedaré.
Juntos en la vida, juntos en la cruz,
siempre junto a tí, Jesús.

Clavarán tus brazos, clavarán tus pies.
Yo estaré a tu lado, te acompañaré.
Juntos en la vida, juntos en la cruz,
siempre junto a tí, Jesús,
siempre junto a tí, Jesús.

Letra y música: Luis Guitarra

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Dios toca el corazón

Fragmento de una entrevista al padre Jorge Loring S.J:

–Un hombre como usted, que con 91 años sigue viajando por todo el mundo para dar conferencias y anunciar el Evangelio ¿de dónde saca tiempo para rezar? ¿Qué consejo nos da para rezar y no abandonar nuestra oración, nuestro contacto con Dios, sea en pleno estrés o en vacaciones?

–Es verdad que me muevo mucho. Voy por mi octogésimo salto del atlántico. Pero confío más en Dios que en mi trabajo, como decía san Ignacio. No podemos perder el contacto con Dios, tenemos que pedirle eficacia, porque si no, todo lo que hagamos es “escribir en el aire”. Tengo una frase que no es mía, pero me gusta mucho: «Dios pone casi todo, tú pones casi nada; pero Dios no pone su casi todo si tú no pones tu casi nada». Yo pego voces, pero es Dios quien toca los corazones.

Para leer la entrevista completa pincha aquí.

Vía Diócesis de Málaga

¡Tarde te amé!

Ayer una compañera de clase de Ciencias Religiosas, exponía un trabajo sobre la Inhabitación trinitaria y explicando el tema leyó un poema de San Agustin que siempre me ha encantado, pero que hacía tiempo que no releía.
Sin duda alguna San Agustín fue uno de los «grandes» que experimentó profundamente la experiencia de la unión con Dios y de su presencia en él. ¡Qué faltos estamos hoy dia de contemplación y oración! Sin duda, sólo alguien que de verdad ha descubierto a Dios, es capaz de escribir algo tan bello.

Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé.
Y he aquí que Tú estabas dentro de mí y yo fuera,
y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que Tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me mantenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no existirían.
Me llamaste y gritaste, y venciste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera;
exhalaste tu fragancia, la respiré y ahora suspiro por Ti;
te saboreé y ahora tengo hambre y sed de Ti;
me tocaste y me abrasé en el deseo de tu paz.
Cuando me haya unido a Ti con todo mi corazón,
ya no habrá para mí dolor ni aflicción
y viva será mi vida, toda llena de Ti.
Ahora bien, puesto que Tú haces ligero a quien está lleno de Ti,
yo, que no estoy lleno de Ti, soy de peso para mí mismo.
Dentro de mí contrastan deplorables alegrías y felices angustias;
no sé de qué parte esté la victoria.
Ten piedad de mí, oh Señor.
En lo más íntimo de mí las tristezas del mal contrastan con las alegrías del bien;
y no sé de qué parte esté la victoria.
Ten compasión de mí, oh Señor.
Yo no escondo mis llagas.
Tú eres el médico, yo soy el enfermo;
Tú misericordioso, yo miserable…
Toda mi esperanza está en tu gran misericordia.
Dona, por tanto, lo que me ordenas…
¡Oh, Amor que siempre ardes y nunca te consumes,
oh Caridad, oh Dios mío, inflámame!

San Agustín, Confesiones, X, 27-29.

El icono es una invitación al encuentro con Dios

Desde la Antigüedad, los iconos han estado muy presentes en la vida de fe de los cristianos, especialmente, de los cristianos de Oriente. Originarios de Bizancio, la iconografía no es únicamente una imagen estética, no es una obra de arte como tal, sino que detrás de esa belleza, hay un gran misticismo. La importancia del icono no es la imagen, sino lo que esa imagen nos transmite. Para los antiguos el icono era un objeto de culto, una presencia a quien invocar y rezar, y cada uno de ellos nos transmite un misterio de Jesús, de la Virgen o de algún personaje bíblico.

El icono no suele ser muy ostentoso, todo lo contrario: es sencillo, bello, expresivo, de colores muy marcados…que nos invita a la contemplación y al encuentro con Dios.

¿Qué simboliza? ¿Qué significado tiene? ¿A qué pasaje evangélico se refiere? Son preguntas muy comunes que nos solemos hacer al verlo. Pero si nos paramos un tiempo delante de él, podremos descubrir su grandeza, la profundidad de la mirada de los personajes…El icono te invita a un diálogo con Dios. Es anuncio, camino y confianza. Es una gran experiencia.

«Habitado por el Espíritu Santo, yo mismo estoy llamado a convertirme en este icono para otros .¿quiénes son aquellos que me miran?¿Cómo les miro con la mirada de Cristo?»
Des icônes pour prier- Frère Luc

Y tú, ¿has rezado alguna vez con un Icono? ¿Cuál es tu favorito?

Semana Santa y religiosidad popular

Hace unos días llegaron al Puerto de Málaga numerosos barcos cargados de turistas de diferentes partes del mundo, que venían a pasar la Semana Santa a Málaga. En el sur la vivencia de la Pasión, Muerte y Resurrección se vive especialmente a través de las procesiones: nazarenos, tronos, tambores… una religiosidad popular cargada de costumbres y tradiciones, pero que encierra esa devoción interna, ese fervor y esa forma de vivir la fe, que, aunque en muchas ocasiones no se entienda muy bien, es de lo que viven muchas personas.
Se esté más de acuerdo o menos, la Semana Santa en el Sur de España es todo un acontecimiento, es una vivencia fuerte y que emociona.

Vivimos en la sociedad de la inmediatez, todo se necesita al momento, las nuevas tecnologías nos permiten comunicarnos con la otra parte del mundo en un instante, y qué podemos decir del famoso whatsapp… Sin embargo, y a pesar de todo, la gente es capaz de esperar dos horas de pie, para ver pasar por las calles de su ciudad a su Cristo y a su Virgen.

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Tres personajes diferentes con un lazo de unión

Una reflexión preciosa del Arzobispo de Tánger en relación a las lecturas de este domingo. Tres personajes muy distintos, de épocas muy diversas y de culturas bien dispares… pero los tres con un posible fuerte lazo en común.

 

Se acercó… la levantó (Job 7, 1-7; Marcos 1, 29- 39)

La trabajadora de Spanair tenía algo que decir, pero la voz se le rompió, y ya sólo nos hablaron los sollozos. Puede que todavía el día anterior aquella mujer pensase que tenía un buen trabajo y que podía mirar con tranquilidad al futuro. Ahora despertaba turbada en un mundo indiferente a su necesidad, a sus hipotecas, a sus miedos, a su soledad.

Job se había despertado en un mundo de ausencias: estío sin sombra, trabajo sin salario, noches de fatiga, días sin esperanza, levedad de la vida, ojos sin alegría.

Oyes a Job, oyes a la trabajadora, oyes a las víctimas de ayer y de hoy, y se te oprime el corazón, como si fueses parte de una historia huérfana de sentido y de futuro.

Pero otra voz te trae el Evangelio, en tu asamblea se anuncian los hechos de Jesús, y el tiempo vuelve a marcar horas de esperanza. Alguien se te acerca, te da la mano, te levanta, y, vencida la soledad, vuelves a estar entre hermanos y a servirlos: vuelves a vivir.

Recuerda cómo el Señor se te acercó, pues entró en tu casa por la encarnación, te tomó de la mano por su gran misericordia, te levantó con su humillación: él bajó contigo al lugar de los muertos, y con él subiste a la gloria de Dios.

Ésa será hoy tu Eucaristía: encuentro con Cristo que entra en tu casa y te resucita, encuentro con el que ha sido ungido y enviado a sanar tu corazón quebrantado, a liberar oprimidos, a proclamar un año de gracia del Señor. Hoy, en la Eucaristía, el creyente, como la suegra de Pedro, se levanta para servir.

Reconoce lo que has recibido y a qué eres llamado: acércate a los pobres, dales la mano, levántalos. Ésa, como lo fue de Cristo, es tu misión. No dejes que las víctimas se queden huérfanas de ti, no dejes que su mundo parezca huérfano de Dios.

Santiago Agrelo Martínez . Arzobispo de Tánger.