Desde la mañana hasta la noche, leía los libros de la sabiduría y se entrenaba en las artes del recogimiento, que son el silencio de la contemplación, el abandono lleno de amor en el espíritu, el hacer bien a los pobres y la oración con sacrificio. Y su espíritu se tornó más alegre, su manera de hablar se había suavizado aun cuando se dirigía al más humilde de los siervos, y sus allegados lo amaban más que nunca. Era un amparo para los pobres y un consuelo para los desdichados.
Stefan Zweig
Autor: Nano Crespo
Los ojos del hermano eterno I
Con el paso de las horas, le parecía hundirse cada vez más en la oscuridad, en la roca y en la negra raíz de la tierra, y, sin embargo, se sabía portador de un germen nuevo, tal vez un gusano que escarba en la tierra, o en una planta que pugna por salir al exterior empujando con su tallo, o tan solo una roca que reposa, fresca, en la bendita insconsciencia de la existencia.
Stefan Zweig
Golondrinas
Las golondrinas, quebrando el vuelo, pasaron segando el perfume de las flores del prado, que se mecieron a su impulso… pero nadie fue consciente del perfume que esparcieron por el ambiente…Pero ¿Qué importa eso?. ¿No les ocurre lo mismo a los milagros?. Están sucediendo continuamente y nadie se da cuenta.
Guillermo Rancés
Esclavos del siglo XXI y nuestra indiferencia
El silencio nos hace cómplices de los esclavistas. Ojalá que surjan nuevos Juníperos o Pedro Claver, no vaya a ser que el mayor asesino sea nuestra indiferencia.
Monseñor Juan José Aguirre, Esclavos del siglo XXI y nuestra indiferencia
Oración y III
Hijos míos, vuestro corazón es pequeño, pero la oración lo dilata y lo hace capaz de amar a Dios. La oración una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol.Hay personas que se sumergen totalmente en la oración, como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido
Cura de Ars
Oración II
La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura que embriaga, se siente como rodeado de una luz admirable. En esta íntima unión, Dios y el alma son como dos trozos de cera fundidos en uno solo, que ya nadie puede separar. Es algo muy hermoso esta unión de Dios con su pobre criatura; es una felicidad que supera nuestra comprensión.
Cura de Ars
Oración I
Dulce Nombre de María
María nos muestra el camino de la auténtica vida cristiana. Siguiendo su ejemplo de fe, de pobreza evangélica y de disponibilidad al Señor esperamos reflejar en torno nuestro la cordialidad con que María acogió a Dios y a los hombres. Como Ella queremos comprometernos plenamente con las exigencias del misterio de nuestra vocación.
Regla de vida de la Compañía de María, n.10
Necesitar a Jesús
Nosotros, por tanto, enfermos, necesitamos del Salvador; extraviados, necesitamos quien nos guíe; ciegos, necesitamos quien nos ilumine; sedientos, necesitamos de la fuente de la vida: esa de la que quienes beben, nunca más tendrán sed (cf. Jn 4,14); muertos, necesitamos de la vida; rebaño, necesitamos pastor; niños, necesitamos pedagogo; y toda la humanidad necesita a Jesús…
San Clemente de Alejandría
Oración de Jesús III
El hermano Carlos pregunta a Jesús cómo era su oración, y El responde:
…también un grito de perdón, acto de contrición en nombre del mundo entero, dolor por ver a Dios ofendido; una petición, petición de la gloria de Dios, que Dios sea glorificado en todas partes por todas sus criaturas, que su reino venga»
Beato Charles de Foucauld
Oración de Jesús II
Oración de Jesús
El hermano Carlos pregunta a Jesús cómo era su oración, y El responde:
era en primer lugar y sobre todo adoración, es decir, contemplación, admiración muda que es el más elocuente de los lenguajes: tibi silentium laus (para ti el silencio es alabanza) , esa admiración muda que esconde la más apasionada de las declaraciones de amor, una oración continua puesto que orar significa estar con Dios»
Beato Charles de Foucauld