Misericordiae Vultus

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Queremos más bien notar cómo la religión de nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad … La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio … Una corriente de afecto y admiración se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí, porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos sus incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas … Otra cosa debemos destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades.

Beato Pablo VI, mensaje final Concilio Vaticano II

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Misericordiae Vultus

«En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad … La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella»

San Juan XXIII, inicio Concilio Vaticano II

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Globalizar la solidaridad

Mensaje del papa, en la VII Cumbre  de las Américas, a los Jefes de estado Iberoamericanos,

«No es suficiente con que los pobres recojan las migajas que caen de la mesa de los ricos…hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa, además de servicios públicos como salud, educación, seguridad o medio ambiente, de los que ningún ser humano debería quedar excluido».

«Este deseo que todos compartimos, desgraciadamente está lejos de la realidad», añade la nota, en la que el Santo Padre insiste en que «mientras no se logre una distribución equitativa de la riqueza, no se lograrán resolver los males de la humanidad». «El gran reto de nuestro mundo es la globalización de la solidaridad y la fraternidad, en lugar de la globalización de la discriminación e indiferencia«.

«Son necesarias acciones directas para los más desfavorecidos, cuya atención (…) debería ser prioritaria para los gobernantes»

Francisco

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Sábado santo

Entramos y yo me quedé muda viendo la iglesia, toda a oscuras, con las imágenes tapadas con telas negras, Cristo oculto… apenas unas velas y la gente rezando en vigilia ¡no está! me dije sin poder reaccionar…» Una desbrozadora del evangelio.

Parece que no estás, Amor del amor,  y es tu presencia ausente la que hacer arder mi ser con sed de ti.
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