Te he encontrado en muchos lugares, Señor! Te he sentido palpitar en el silencio profundo de una ermita alpina, en la penumbra del sagrario de una catedral vacía, en el palpitar unánime de una muchedumbre que te ama y llena las arcadas de tu iglesia de cantos y de amor. Te he encontrado en la alegría. Te he hablado más allá del firmamento estrellado, mientras, de noche y en silencio, volvía del trabajo a casa. Te busco y a menudo te encuentro.
Chiara Lubich
Autor: Nano Crespo
Amor
Humanidad de Jesucristo II
Tenía este modo de oración: que, como no podía discurrir con el entendimiento, procuraba representar a Cristo dentro de mí, y hallábame mejor – a mi parecer – de las partes adonde le veía más solo… Como persona necesitada me había de admitir a mí.
Yo sólo podía pensar en Cristo como hombre; mas es así que jamás le pude representar en mí – por más que leía su hermosura y veía imágenes -, sino como quien está ciego o a oscuras, que aunque habla con una persona y ve que está con ella porque sabe cierto que está allí…, de esta manera me acaecía a mí cuando pensaba en nuestro Señor.
Santa Teresa de Jesús
Ut unum sint
Escribir
Confianza
¿Adónde me dirijo? ¿Adónde voy? La respuesta es: no necesito saberlo. Todos estos problemas proceden de la desconfianza en el amor de Dios. ¿Empezaré de nuevo a hacerme todas esas viejas preguntas? Dios sabe lo que quiere hacer conmigo. Descansar en Su enorme amor, conocer el sabor y la dulzura del amor de Dios expresado momento a momento en todos los contactos entre Él… si es necesario, te guiará a la soledad perfecta cuando Él disponga. Déjaselo todo a Él. Vive en el presente”
Thomas Merton
Esencial
Humanidad de Jesucristo I
Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo, nuestro bien y Señor, dentro de mí presente, y ésta era mi manera de oración. Si pensaba en algún paso, le representaba en lo interior.
Santa Teresa de Jesús
Diez mandamientos
«Los diez mandamientos ( Éxodo 20) comienzan diciendo «Yo soy el Señor, tu Dios» y terminan diciendo «tu prójimo». Yo soy tu prójimo, estoy cercano a ti.»
Roberto Begnini, I dieci comandamenti, para los que comprenden el italiano.
Hielos, bendecid al Señor
Nieves, bendecid al Señor
Cuando él quiere, el ábrego sopla, la tormenta del norte, el ciclón y el huracán. Sacude la nieve como bandada de pájaros y, al bajar, se posa como langosta; su belleza blanca deslumbra los ojos y, cuando cae, se extasía el corazón; derrama escarcha como sal, sus cristales rebrillan como zafiros.
Siracide
Vida de oración
La vida de oración, su intensidad, su profundidad, su ritmo, es la medida de nuestra salud espiritual, y nos revela nuestra propia identidad.
Catherine de Hueck Doherty