La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría
Autor: Nano Crespo
Alegría
La vida eterna I
La vida perdurable consiste, primariamente, en nuestra unión con Dios, ya que el mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas: Yo soy tu escudo y tu paga abundante.
Esta unión consiste en la visión perfecta: Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. También consiste en la suprema alabanza, como dice el profeta: Allí habrá gozo y alegría, con acción de gracias al son de instrumentos.
Santo Tomás de Aquino
Cristo Rey
Si, como dice nuestro Señor y Salvador, el reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí, sino que el reino de Dios está dentro de nosotros, pues la palabra está cerca de nosotros, en los labios y en el corazón, sin duda, cuando pedimos que venga el reino de Dios, lo que pedimos es que este reino de Dios, que está dentro de nosotros, salga afuera, produzca fruto y se vaya perfeccionando
Orígenes
¿Qué es el amor?
Me dirás: «¿Qué es el amor?» El amor es el hecho mismo de amar. Ahora bien, ¿qué es lo que amamos? El bien inefable, el bien benéfico, el bien creador de todo bien. Sea él tu delicia, ya que de él has recibido todo lo que te deleita. Al decir esto, excluyo el pecado, ya que el pecado es lo único que no has recibido de él. Fuera de pecado, todo lo demás que tienes lo has recibido de él.
San Agustín
Alégrate
¿Cuál es la explicación de que nos alegremos con el Señor, si él está lejos? Pero en realidad no está lejos. Tú eres el que hace que esté lejos. Ámalo, y se te acercará; ámalo, y habitará en ti. El Señor está cerca. Nada os preocupe. ¿Quieres saber en qué medida está en ti, si amas? Dios es amor.
San Agustín
San Juan de Avila III
No solamente la cruz sino que la misma figura que en ella tienes nos llama dulcemente al amor. La cabeza tienes reclinada para oírnos y darnos besos de paz. Los brazos tienes tendidos para abrazarnos. De manera que, mirándote, Señor, en la cruz, todo cuando ven mis ojos, todo me lleva al amor. Y sobretodo el amor interior me da voces para que te ame y nunca te olvide mi corazón”
Dios es fuente
A toda la tierra alcanza su pregón
Dicen que san Ignacio de Loyola, viendo la belleza de la creación, dijo:
Señor, no me hables tan fuerte»