La oración influye sobre el cuerpo

La influencia de la oración sobre el cuerpo y sobre el espirítu es tan demostrable como la secreción glandular. Como médico he visto a los hombres salir de las enfermedades y de las depresiones a través del esfuerzo sereno de la oración, cuando toda medicina había fallado. La oración es el acto de madurez indispensable para el completo desarrollo de la personalidad, la última integración de las facultades más íntimas del hombre.

Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina

Dios Padre de hijos libres

La pregunta es si Dios es Padre solo de niños pequeños o de hijos mayores de edad, adultos, libres. Para el aniño pequeño, sus padres son la solución, la ley, la fuente de premios y de castigos y, con todo esto, también una dificultad para su libertad. Para un hijo adulto, cuando la relación filial ha sido válida (cosa bastante rara hoy), los padres son un punto de referencia decisivo, y la vida del hijo es fuente de interés para los padres; pero la decisión sobre ella está en sus propias manos y no en las de los padres

 

González Faus

Educar personas en la belleza y lo moralmente bueno

No basta con enseñar a un hombre una especialidad. Aunque esto pueda convertirlo en una especie de máquina útil, no tendrá una personalidad armoniasamente desarrollada. Es esencial que el estudiante adquiera una comprensión de los valores y una profunda afinidad hacia ellos. Debe adquirir un vigoroso sentimiento de lo bello y de lo moralmente bueno.

 

Einstein

¿Quién es Jorge Mario Bergoglio?

“Ese dedo de Jesús, apuntando así… a Mateo. Así estoy yo. Así me siento. Como Mateo”. Y en este momento el Papa se decide, como si hubiese captado la imagen de sí mismo que andaba buscando: “Me impresiona el gesto de Mateo. Se aferra a su dinero, como diciendo: ‘¡No, no a mí! No, ¡este dinero  es mío!’. Esto es lo que yo soy: un pecador al que el Señor ha dirigido su mirada… Y esto es lo que dije cuando me preguntaron si aceptaba la elección de Pontífice”. Y murmura: “Peccator sum, sed super misericordia et infinita patientia Domini nostri Jesu Christi confisus et in spiritu penitentiae accepto”.

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Dimensión moral de la banca y las finanzas (IV)

El logro del equilibrado término medio, en que ha de consistir el uso liberal y magnificente de los recursos de las entidades financieras, conduce
a la virtud de la prudencia que no en balde es guía, medida y razón de todas las virtudes morales y debe ser, sin duda alguna, la
virtud específica del banquero. La prudencia económica se refiere al uso de las riquezas no como fin último, sino como instrumento.

Los dos vicios que por defecto se apartan de la prudencia son, uno, la imprudencia, con los componentes de la precipitación, la falta de consideración y la inconstancia; y, dos, la negligencia, que se opone a la solicitud y se manifiesta en la no elección de los medios pertinentes. El vicio opuesto por exceso a la prudencia económica es más peligroso que los anteriores porque presenta una cierta semejanza aparente con la prudencia; es la astucia, esta especie de sentido simulador e interesado que, con el engaño y el fraude, busca el fin por caminos torcidos.

Por ello, infringen sus deberes morales los bancos que, llevados de un desmesurado afán de crecimiento, pagan los depósitos más allá de lo que en cada momento tolera el mercado del crédito, u otorgan el crédito en condiciones inferiores a las posibles, ya que de esta forma ponen en peligro su solvencia y su supervivencia, que son la garantía de los depositantes

Rafael Termes

REFLEXON 2

Dimensión moral de la banca y las finanzas (III)

La primera virtud en la gestión de las entidades financieras es el respeto a la libertad de las personas, tanto las de dentro de la empresa como las que desde el exterior están en contacto con ella. Se opone a esta virtud toda forma de violencia o coacción física o moral para imponer obligaciones o condiciones.  Una manifestación particular de este respeto a la libertad es el de informarl a los clientes en forma correcta e inteligible de las condiciones a aplicar en las distintas operaciones, a fin de que el presunto cliente pueda compararlas con las condiciones ofertadas por las otras entidades y decidir libremente

Las siguientes virtudes, propias para el manejo del dinero son la virtud de la liberalidad, parte potencial de la justicia, que, según Aristóteles, consiste en el uso moderado de las riquezas; y la magnificencia, parte de la fortaleza, cuyo objeto propio es tender a la realización de grandes cosas con dispendio proporcionado; es decir, grandes, no necesariamente por la cantidad del dispendio, sino por la magnificencia proporcionada a la obra. Los vicios opuestos a estas dos virtudes son, por defecto, la avaricia y la mezquindad y, por exceso, la prodigalidad y el despilfarro

Sería, por un extremo, contrario a la ética de las empresas financieras una visión avariciosa o mezquina que, al impulso de una excesiva e impropia de las entidades financieras aversión al riesgo, condujera, a retirarse de la inversión en empresas productoras de riqueza y creadoras o mantenedoras de empleo, para invertir exclusiva o desmesuradamente en activos monetarios sin riesgo o, lo que socialmente es peor, en activos de refugio también sería no ético. Por el otro extremo, el prodigar y despilfarrar los recursos en  operaciones sin más productividad económica y social que el lujo y la ostentación de los dirigentes, el fomento exagerado de la propia imagen de la entidad; el control de medios de información o de grupos de presión, al objeto de protegerse contra presuntos ataques o contra divulgaciones de los aspectos desfavorables de la marcha de la empresa; o, finalmente, la busca de otros fines que, siendo en sí mismos lícitos, no pueden ser perseguidos a expensas de la rentabilidad debida a los accionistas y de la solvencia de la entidad frente a sus depositantes

Rafael Termes

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Dimensión moral de la banca y las finanzas (II)

Las empresas financieras no compran y venden dinero sino que compran y venden el derecho a usar del dinero (de ahí usura). Como el derecho a usar del dinero entraña su devolución, la confianza en que el dinero será devuelto, es cuestión de crédito; de creer que la promesa será cumplida

Las entidades financieras son administradores de caudales ajenos. Esta característica está en la base de la moralidad exigible en la actuación de sus gestores. En efecto, aunque a veces se haga lo contrario, los que dirigen instituciones financieras no disponen del dinero, como si fuera propio, para hacer con él lo que quieran, sino que deben administrarlo de acuerdo con los intereses, en primer lugar, de los depositantes y,en segundo lugar, de los accionistas.

La única manera de que las empresas puedan llamarse moralmente correctas es que lo sean las personas que las integran y no sólo en su comportamiento individual privado sino en su actividad profesional, que expresa la actuación de cada uno en relación con los demás. La moralidad de la gestión de las entidades financieras dependerá pues de la vivencia de las virtudes morales propias de esta clase de entidades por parte de sus gestores

Rafael Termes

 

Dimensión moral de la banca y las finanzas (I)

Cualquier empresa financiera, como cualquiera mercantil, se justifica por el logro de un doble objetivo; más bien por un objetivo con  dos caras que se tienen que cumplir al mismo tiempo. Por un lado, la empresa debe añadir valor económico, es decir, crear riqueza para todos los participantes en la empresa. Por otro lado, la empresa debe prestar verdadero servicio a la sociedad. Si la empresa no crea riqueza no se justifica económicamente; si no presta servicio no se justifica moralmente. Ambas cosas son necesarias.

En segundo lugar, la empresa financiera, al igual que cualquier otra empresa, es, ante todo y sobre todo, una comunidad de personas, las que aportan capital y las que aportan trabajo para el logro del objetivo que, bajo el impulso de la dirección de la empresa, o empresario, se proponen alcanzar. Pero además de estar compuesta por personas, está en relación con otras personas del entorno en que la empresa actúa y que también se ven afectadas por el comportamiento, en relación con ellas, de los que están  dentro de la empresa. En este grupo ocupan lugar singular los clientes y los proveedores. Así sucede también en la empresa financiera en la cual, en  razón de la naturaleza de la propia actividad, los clientes son los demandantes de crédito y los proveedores son los  suministradores de depósitos.

Rafael Termes

Etica

 

Uno de nosotros

El embrión humano es uno de nosotros: ayúdanos a defenderlo en Europa.

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El objetivo de esta Iniciativa Ciudadana Europea es obtener el compromiso de la Unión  de no consentir ni financiar acciones que presupongan o favorezcan la destrucción de embriones humanos, así como de establecer los instrumentos adecuados de control sobre la utilización de los fondos concedidos con la finalidad de garantizar que éstos no son empleados para atentar contra la vida humana.