Belleza interior

Contemplando la realidad, se puede admirar el orden que la sostiene, frente al caos. Esta es la tarea del filósofo, que encuentra su mejor ejemplo en la contemplación estética, así podemos sentir admiración ante un cielo repleto de estrellas, ante la belleza de una sonrisa, la complejidad del ojo humano o la maldad de una venganza. Aunque para descubrir esa belleza interior, no basta con mirar, además hay que saber mirar. Quizá sea esto una de las cosas, que diferencia a las personas de los animales, la capacidad para contemplar la belleza.

Mateo González Alonso

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