2013 23 Mar
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Quien desea entrar en el lugar del nacimiento de Jesús, tiene que inclinarse. Hay tan solo una pequeña apertura de metro y medio.La intención fue probablemente proteger mejor la iglesia contra eventuales asaltos pero, sobre todo, evitar que se entrara a caballo en la casa de Dios. Me parece que en eso se manifiesta una cercanía en esta Noche santa: si queremos encontrar al Dios que ha aparecido como niño, hemos de apearnos del caballo de nuestra razón “ilustrada”. Debemos deponer nuestras falsas certezas, nuestra soberbia intelectual, que nos impide percibir la proximidad de Dios” (Benedicto XVI, Homilía, 24-XII-2011).
Etiquetas: Basílica Natividad, Belén, Espiritualidad
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