Música y belleza III

Podemos entender el arte como “lugar de encuentro”, es decir, como lugar donde se puede percibir lo que inicialmente parece imperceptible. La música, de manera especial, posee esta cualidad. La intangibilidad del arte de los sonidos la convierten en metáfora viva del lenguaje del Misterio. El mismo lugar donde vibra la percepción del Misterio.»

 Oscar Valado Dominguez, La música como vía para la percpeción del Misterio, Vida Nueva n º2827

Hector Berlioz, L’enfance du Christ,   fragmento de la tercera obra  musical que Manuel García Morente escuchó la noche del 29 al 30 de abril de 1937, en la radio, en paris, y que dió lugar al «Hecho extraorninadorio» de su conversión, desde el ateísmo al sacerdocio.

Música y belleza II

En definitiva, concebimos aquí la música como expresión estética, percepción de lo bello y uno de los caminos para decir la maravilla del Misterio que se comunica y habla a través del lenguaje de la belleza artística sonora, a través de la emoción de la experiencia que mueve a la sensibilidad, a la percepción y a la aceptación del Misterio»

 Oscar Valado Dominguez, La música como vía para la percpeción del Misterio, Vida Nueva n º2827

Maurice Ravel, Pavanne pour une infante defunte,  obra que Manuel García Morente escuchó la noche del 29 al 30 de abril de 1937, en la radio, en paris, y que dió lugar al «Hecho extraorninadorio» de su conversión, desde el ateísmo al sacerdocio.

Música y belleza I

La experiencia estética es una de las pocas vías que aún le quedan al hombre y a la mujer actuales para experimentar la trascendencia comunicativa del Misterio. La música, como expresión estética, es uno de los lenguajes que poseemos hoy para comunicar con los hombres y mujeres contemporáneos, tan alejados –a veces– de la experiencia interior, tan apresurados por escapar de sí mismos y tan abocados al exterior.»

Oscar Valado Dominguez, La música como vía para la percpeción del Misterio, Vida Nueva n º2827

César Frank, Sinfonía en Re menor, Finale, Allegro non troppo, es el primer fragmento musical que Manuel García Morente escuchó la noche del 29 al 30 de abril de 1937, en la radio, en paris, y que dió lugar al «Hecho extraorninadorio» de su conversión, desde el ateísmo al sacerdocio.

Belleza IV

El que cree en Dios, en el Dios que precisamente en las apariencias alteradas de Cristo crucificado se
manifestó como amor hasta el extremo (Jn 13, 1), sabe que la belleza es verdad y que la verdad es belleza, pero en el
Cristo sufriente aprende que la belleza de la verdad incluye la ofensa, el dolor e incluso el oscuro misterio de la
muerte, y que sólo se puede encontrar la belleza aceptando el dolor y no ignorándolo»: J. RATZINGER, “La belleza es
bondad. Mensaje para el Meeting de Rímini 2002

Belleza III

«Interroga a la belleza de la tierra, interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y se
difunde, interroga a la belleza del cielo… interroga a todas estas realidades. Todas te responden: Ve, nosotras somos
bellas. Su belleza es una profesión (confessio). Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma
Belleza (Pulcher), no sujeta a cambio?»: SAN AGUSTÍN DE HIPONA, Serm. 241, 2

Belleza I

La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente. Es una invitación a gustar la vida y a soñar el
futuro. Por eso la belleza de las cosas creadas no puede saciar del todo y suscita esa arcana nostalgia de Dios que un
enamorado de la belleza como san Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable: “¡Tarde te amé, belleza tan
antigua y tan nueva, tarde te amé!”»

JUAN PABLO II, Carta a los artistas

 

Juventud indomable VS Iglesia inflexible. Brave

Hace unas semanas tuvo lugar en Valencia un Congreso Nacional de Pastoral Juvenil. Para anunciarlo encargaron este vídeo a Juan Manuel Cotelo, director de La última Cima, que con el mismo gancho transmite ahora en una serie de entrevistas, algo de la realidad de la fe que estamos viviendo entre los jóvenes de forma bastante acertada a mi parecer.

A partir de este montaje, hemos aprovechado para hablara de la fe, y su transmisión en el mundo de hoy a chavales de 2º de Bachiller en el contexto de unos ejercicios espirituales.
Creo que merece la pena verlo y analizarlo detenidamente.

¿Cuáles son las normas de la Iglesia? ¿Cuáles son mis normas? ¿Qué consigo con mis normas? ¿A qué aspiro? ¿Y Dios? ¿Cómo transmitirlo? Entorno a estas preguntas, presenta a una juventud rebelde que rechaza a una Iglesia inflexible por querer buscar su propio camino que conduce al vacío, y quizá por eso, estos mismos jóvenes ponen la expectativa en volver a la fe y la moral cristiana recibida de sus padres. Finalmente nos empuja a ser testigos de la fe desde la propia vivencia y con el ejemplo coherente, para ser modelos significativos para otras personas. Ser transmisores de vida más que de verdades.

Y escribiendo esto me viene a la cabeza la película Brave

El destino puede cambiar, mira en tu interior, repara el lazo roto por el orgullo

Esta es la clave que recibe la protagonista para resolver el problema.

Una madre y una hija inflexibles, orgullosas habrán de descubrirse mutuamente y aprender a quererse de nuevo para reparar el lazo que rompieron con su intransigencia. La joven por ser joven, soñadora, e indomable; la madre por ser madre y reina, responsable de su hija y su porvenir. Las dos olvidaron que son madre e hija, y que la madre un día fue hija y que la hija un día será madre.

“Si tan solo me escuchara!”… se reprochan mutuamente en un divertido diálogo que acaba con la ruptura del amor que les unía.

¿Será esto lo que nos pasa muchas veces entre la “madre” Iglesia y a sus jóvenes?

Cristo Resucitado de Bramantino

creo que es el retrato más hermoso jamás pintado. Incluso mi ateísmo vacila delante de él. No concibo que alguien pueda pasar ante esa figura sin detenerse. El rostro de Cristo es como una iglesia en la que el sufrimiento y la renuncia se hubieran desposado. Cada inteligencia, al mirarse en ese redentor, comprenderá cosas de las que nunca había oído hablar, pero que siempre había conocido: el miedo a la muerte, el castigo, la culpa, la fidelidad a una idea, la promesa de la belleza»

Prohaska, en Medusa, de Ricardo Menéndez Salmón

Ojos para ver en Tu figura tanta Belleza, tanta vida, tanto misterio escondido. Esos ojos…

Albergar el infinito.

Si en el alma hay un huésped,
no se sale de casa:
¡para qué viajar
si estamos albergando al infinito?

La urbanidad prohíbe
que se le ocurra irse al anfitrión,
cuando está de visita,
el gran Emperador

Emily Dickinson

¿Por qué buscar fuera al que tenemos dentro?

¿No me doy cuenta que en el silencio estoy albergando al infinito?

Milagro cotidiano. Sobre las aguas.

Esta viñeta publicada por El roto, ( El País, 17 de noviembre de 2012), pone  delante de mis ojos la realidad:

vivimos en un milagro permanente, tenemos ojos y no vemos que es así.  No creemos, aunque andemos sobre las aguas. Porque tenemos embotada la comprensión.

Dios mira nuestras increencias y deja que sigamos caminando sobre el milagro de nuestra vdia.