Evangelización de rodillas

la evangelización se hace de rodillas, la evangelización se hace de rodillas. Escuchen bien: «La evangelización se hace de rodillas», sean siempre hombres y mujeres de oración. ¡Sean siempre hombres y mujeres de oración! Sin la relación constante con Dios la misión se convierte en función.

El riesgo del activismo, de confiar demasiado en las estructuras, está siempre al acecho. Si miramos a Jesús, vemos que la víspera de cada decisión y acontecimiento importante, se recogía en oración intensa y prolongada.

Cultivemos la dimensión contemplativa, incluso en la vorágine de los compromisos más urgentes y acuciantes. Cuanto más les llame la misión a ir a las periferias existenciales, más unido ha de estar su corazón a Cristo, lleno de misericordia y de amor. ¡Aquí reside el secreto de la fecundidad pastoral, de la fecundidad de un discípulo del Señor!

Francisco, obispo de Roma

Iglesia, don de Dios

 La Iglesia, nos ha repetido Benedicto XVI, no es nuestra, sino de Dios; y cuántas veces nosotros los consagrad pensamos que es nuestra ¿eh? Hacemos lo que se nos ocurre… Pero no es nuestra, es de Dios, el campo a cultivar es suyo. Así pues, la misión es sobre todo gracia. La misión es gracia. Y si el apóstol es fruto de la oración, encontrará en ella la luz y la fuerza para su acción. En efecto, nuestra misión pierde su fecundidad, e incluso se apaga, en el mismo momento en que se interrumpe la conexión con la fuente, con el Señor.

Francisco, obispo de Roma

Le Corbusier, Iglesia de Ronchamp

Beato Juan XXIII, santo

El papa Francisco también decidió canonizar a Juan XXIII, sin que se haya anunciado un segundo milagro por su intercesión, como contempla la normativa vaticana

Del discuros de apertura del Concilio Vaticano II

En el cotidiano ejercicio de Nuestro ministerio pastoral llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que nuestra época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando; y se comportan como si nada hubieran aprendido de la historia, que sigue siendo maestra de la vida, y como si en tiempo de los precedentes Concilios Ecuménicos todo hubiese procedido con un triunfo absoluto de la doctrina y de la vida cristiana, y de la justa libertad de la Iglesia.

Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por encima de sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquélla lo dispone para mayor bien de la Iglesia.

De película: Jiro, maestro de sushi

Solo hago mi trabajo, estoy concentrado en lo que hago, que es ofrecer lo mejor”

«A mi edad, aún no he alcanzado la perfección», dice Jiro, octogenario que ha conseguido de nuevo tres estrellas michelín para su restaurante, de diez plazas, en el metro de Tokio.

Su hijo nos dice cómo le sigue enseñando a ser un buen cocinero de sushi, y los consejos dados:

«Siempre mira hacia adelante, y por encima de ti, para superarte.
Siempre intenta mejorarte.
Siempre intenta en mejorar tu técnica»

Si fueras a definir el sushi de Jiro podrías decir:
«la máxima simplicidad lleva a la pureza»
Jiro dreams of sushi (David Gelb, 2011)

De poesía: la soledad

escanear0019Hay que estar solo pero no es bastante,
para que llegue a ti la soledad
y te ofrezca sus dones.

Antes hay que soñarla largamente,
despojarse de todo y de uno mismo,
a ella sola aguardarla.

Ten la casa en silencio, el alma quieta,
y al fin podrá venir o no  venir.
No siempre acude.

De todas formas, y aunque no llegara,
la espera es ya regalo que te otorga,
gracia suya tu anhelo.

Eloy Sánchez Rosillo

Tentación de ser cristiano

Y esta tentación existe hoy. Cristianos superficiales que creen en Dios, en Cristo, pero de una forma ‘difusa’: no es Jesucristo el que les da el fundamento. Son los gnósticos modernos. La tentación del gnosticismo. Un cristianismo ‘líquido’. Por otro lado están los que creen que la vida cristiana se debe tomar tan en serio que terminan por confundir solidez, firmeza, con rigidez. ¡Son los rígidos! Estos piensan que para ser cristiano hay que estar de luto siempre«.

El hecho, prosiguió el Papa Francisco, es que de estos cristianos «hay muchos». Pero, «no son cristianos, sino que se disfrazan de cristianos«. «No saben -insiste- quién es el Señor, o la Roca, no tienen la libertad de cristianos. Y por decirlo de un modo sencillo, no tienen alegría».»Los primeros tienen una cierta «alegría» superficial. Los otros viven permanentemente en una vigilia fúnebre, no saben lo que es la alegría cristiana. No saben disfrutar de la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No sienten en Jesús, con esa firmeza que da la presencia de Jesús. Y no solo es que no tienen alegría: tampoco tienen libertad. Son esclavos de la superficialidad, de esta vida difusa, y los otros son esclavos de la rigidez, no son libres. En sus vidas el Espíritu Santo no encuentra sitio. ¡Es el Espíritu Santo el que nos da la libertad! El Señor hoy nos invita a construir nuestra vida cristiana sobre Él, la roca que es el que nos da la libertad, el que nos envía el Espíritu, el que nos hace seguir adelante con alegría, en su camino, en sus propuestas».

De poesía: de todo quedaron tres cosas, Pessoa

 De todo, quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba
siempre comenzando,
la certeza de que
había que seguir
y la certeza de que sería
interrumpido antes de terminar.

Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente,
de la búsqueda…un encuentro.

Fernando Pessoa

De poesía: el cristo de Elqui

DE SERMONES Y PRÉDICAS DEL CRISTO DE ELQUI. Nicanor Parra, 1979

XLII

La presencia del Espíritu Santo
se percibe con toda nitidez
en la mirada de un niño inocente
en un capullo que está por abrir
en un pájaro que se balancea sobre una rama

Dificulto que alguien pueda poner en duda
la presencia del Espíritu Santo
en un pan recién sacado del horno
en un vaso de agua cristalina
en una ola que se estrella contra una roca

¡Ciego de nacimiento tendría que ser!

Hasta un ateo tiembla de emoción
ante una sementera que se inclina
bajo el peso de las espigas maduras
ante un bello caballo de carrera
ante un volkswagen último modelo

Lo difícil es saber detectarlo
donde parecería que no está

en los lugares menos prestigiosos
en las actividades inferiores
en los momentos más desesperados

Ahí falla el común de los mortales

Quién podría decir que lo percibe
en los achaques de la ancianidad
en los afeites de las prostitutas
en las pupilas de los moribundos?

Y sin embargo también está ahí
pues lo permea todo como el sodio
¡que lo digan los Padres de la Iglesia!

Arrodillémonos una vez más
en homenaje al Espíritu Santo
sin cuyo visto bueno nada nace ni crece
como tampoco muere en este mundo
.

Ante el hambre en el mundo I: persona y dignidad

La persona y la dignidad humana corren el riesgo de convertirse en una abstracción ante cuestiones como el uso de la fuerza, la guerra, la desnutrición, la marginación, la violación de las libertades fundamentales o la especulación financiera, que en este momento condiciona el precio de los alimentos, tratándolos como cualquier otra mercancía y olvidando su destino primario.

Nuestro cometido consiste en proponer de nuevo, en el contexto internacional actual, la persona y la dignidad humana no como un simple reclamo, sino más bien como los pilares sobre los cuales construir reglas compartidas y estructuras que, superando el pragmatismo o el mero dato técnico, sean capaces de eliminar las divisiones y colmar las diferencias existentes.

En este sentido, es necesario contraponerse a los intereses económicos miopes y a la lógica del poder de unos pocos, que excluyen a la mayoría de la población mundial y generan pobreza y marginación, causando disgregación en la sociedad, así como combatir esa corrupción que produce privilegios para algunos e injusticias para muchos.

Papa Francisco, obispo de Roma

Tierra cervantina: desde el Quijote

Y entonces, de improviso, sentí uno de esos destellos fulgurantes del sentido de la vida, que nos están reservados muy rara vez, y que era sin duda, un prodigioso regalo, un don de la ruta cervantina. Había dicho el anciano: “No hay sitio, ni persona, que no tenga nada que ofrecer”.
Allí, en la tierra de don Quijote, bajo la acacia, pensé que esa era justamente la noble y alta visión que había tenido Cervantes en su novela. Que nuestro escritor había querido escribir y celebrar la Realidad sabiendo que todos sus lugares, sus seres, son “cantables”, y que todos tienen algo que ofrendar, en el gozo, en el error, en la belleza y en el sufrimiento; en la alegría y en la desolación. Y que, a cambio, la realidad, la Realidad, le había correspondido haciendo, complacida y entregada, una Jornada de puertas abiertas de sí misma, a la que el pueblo, es decir todo ser humano, estaba invitado.Pedro García Montalvo

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Abrazado a la cruz

Sacré Coeur-Descente de Croix Monasteres de Bethléem

Me regalan esta imagen y al verla recuerdo un texto que copié hace tiempo.

«Cuando el sol comienza a calentar cortejo la cruz, tan helada, apoyo mi cabeza en tu pecho, silencioso, quieto, enamorado.

Cierro los ojos y tu luz estalla.

Queda el tiempo silencioso, con la cadencia del amor callado.

Por la tarde, viendo “De Dioses y hombres” me conmueve una escena que la primera vez no había visto con el corazón, con la mirada que me estás dando estos días: Luc, el médico, que lleva sesenta años enamorado de ti, se acera hasta la imagen de tu flagelación- en un cuadro barroco, de luz y de sombras- y apoya la cabeza, tiernamente, en tu pecho, herido de amor. Apoya su cabeza en tu pecho, silencioso, quieto, enamorado.

Cierra los ojos y tu luz estalla.

En lo escondido II

Pero todavía dices; «puesto está en mí el que ama mi alma, ¿cómo no le hallo ni le siento?». La causa es porque está escondido, y tú no te escondes también para hallarle y sentirle; porque el que ha de hallar una cosa escondida, tan a lo escondido y hasta lo escondido donde ella está ha de entrar, y, cuando la halla él también está escondido como ella. Como quiera, pues, que tu Esposo amado es el tesoro escondido en el campo de tu alma, por el cual el sabio mercader dio todas sus cosas (Mt 13,44), con­vendrá que para que tú le halles, olvidadas todas las tuyas y alejándote de todas las criaturas, te escondas en tu retrete interior del espíritu, y, cerrando la puerta sobre ti, es a saber, tu voluntad a todas las cosas, ores a tu Padre en escondido (Mt 6,6), y así quedando escondida con él, entonces le sentirás en escondido y le amarás y gozarás en escondido y te deleitarás en escondido con él, es a saber, sobre todo lo que alcanza lengua y sentido».
San Juan de la Cruz