No nos quitarán la primavera

Como acabó  la cuarentena,  capitán?”
“Adquirí todas aquellas costumbres nuevas.
Me dejaron bajar después de mucho más tiempo del previsto.
“Os privaron de la primavera entonces?”
“Si, aquel año me privaron de la primavera, y de muchas cosas más, pero yo había florecido igualmente, me había llevado la primavera dentro de mi y nadie nunca más habría podido quitármela”

Carl Jung

https://www.proclamadelcauca.com/si-obramos-con-sabiduria-en-cuarentena-jamas-nos-quitaran-la-primavera/

Normalidad

¿Qué es la normalidad?
¿Qué significa ser normal?

No lo sé. No quiero saberlo y no me interesa.
Pero amo la locura del amor, la exuberancia de los colores, la vitalidad de los niños y el explotar de la primavera.
No, no me interesa la normalidad y lo que el mundo considere normal.
Jesús no era normal y Buda tampoco y Gandhi tampoco.
No quiero ser normal. Quiero vivir. Quiero sentir el viento sobre mi piel y ser cuestionado por el dolor del mundo.
Quiero salir de la apatía y del ruido de lo normal para vivir el silencio creativo del amor.
Quiero vivir desde el Amor y que la Vida me vida: siempre nueva, sorprendente, exuberante. Nunca normal.

Ronald David Laing (1927-1989).

http://agujeroflauta.blogspot.com/2020/03/volvera-la-normalidad.html

 

Ancora spero

Pongo mi corazón en el futuro.
Y espero, nada más.
De los dos monsílabos prefiero
el más claro, el sencillo, el que despliega
un lienzo en el que todo
podrá ser. El amor
dará firmeza a lo que digo. Estoy
con los que creen sin ver, con los que andan
sobre las aguas. Cuando el mundo entero
o mi mundo se hunden
tantas veces, entonces
algo relacionado con los pájaros
y los lirios me salva.
Entonces tengo todas las palabras.
Sueño palabras. Fluctuat nec mergitur.
Prefiero abril. No sé cómo decirlo.
En una calle estrecha de Venecia
he encontrado una casa con un lema
breve sobre el dintel, inscrito en piedra
hace siglos, legible todavía,
que franquea la entrada. Ancora spero.
Tenemos que elegir. Esa es mi puerta.

José Antonio González Iglesias

 

No te rindas

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas…

Mario Benedetti

 

Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad. En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.

Francisco, 27 de marzo 2020 Bendición Urbi et orbe

Cristo de Bangassou

Desde su pedestal, el Cristo de Bangassou mira a todos los enfermos de coronavirus del mundo y los compadece. Les dice que pongan su confianza en Él, que Él lo puede todo, lo cura todo. Él no se puede comparar con el de Medinaceli, o el del Gran Poder o con el Cachorro pero se compadece igual de los más de 10.000 niños que siguen muriendo cada día de hambre en el mundo porque les falta no una vacuna, sino comida para vivir. Se compadece de tantas personas puestas en cuarentena, de barrios y ciudades en aislamiento. De campos de desplazados de 100.000 personas expulsados de sus ciudades a causa de la guerra, de la violencia de mercenarios armados de sus kalasnikoffs que crean el terror en el este de Centroáfrica, justo donde empieza la diócesis de Bangassou y desde donde los puede ver y conmoverse. 

Porque Dios se conmueve con todos los dolores de la humanidad. Dios no es indiferente.

 Porque Dios sabe mirar con otra mirada, con ojos de compasión y de amor, porque el amor abre barreras mientras que el rechazo y la indiferencia las amarra con cepos y concertinas. 

Mons. Juan José Aguirre, Obispo de Bangassou

 

Vida en tus manos

Padre, me pongo en tus manos
Haz de mi lo que quieras
Sea lo que sea, te doy gracias
Estoy dispuesto a todo,
Lo acepto todo
Con tal que tu voluntad
Se cumpla en mi y en todas tus criaturas
No deseo más, Padre
Te confió mi alma
Te la doy con todo mi amor
Porque te amo
Y necesito darme a Ti
Ponerme en tus manos,
Sin limitación, sin medida.
Con una confianza infinita
Por que tu eres mi Padre
Padre, me pongo en tus manos
Haz de mi lo que quieras
Sea lo que sea, te doy gracias.
 
Carlos de Foucauld