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      ( el sacerdote del s.XXI) tendrá el corazón traspasado, herido por la locura de amor, herido por la consciencia que nace de la impotencia en tener éxito a través de sus propios medios, herido por el sentimiento de ser él mismo digno de piedad, de ser puesto en cuestión; al mismo tiempo, este nuevo sacerdote del mañana, será un hombre convencido de que es de ese corazón herido de donde debe brotar la fuerza de su misión.

Karl Rahner

Montfort los veía caminar…

…por los caminos de la pobreza y de la humildad, despreciados por el mundo, enseñando según el Evangelio y no de acuerdo con las sabidurías del mundo. He aquí los hombres que están al llegar… Pero ¿Cuándo y cómo será esto? Solo Dios lo sabe; a nosotros nos toca callarnos, desear y esperar.

De hecho, Montfort ve futuros apóstoles, sacerdotes pobres y sencillos, abrasados por el fuego del Espíritu Santo, que realizan con la pobreza de medios, la renovación del mundo

Quisiera saber de qué color es la luz de una vela cuando está apagada

Lewis Carroll

María alégrate, feliz por creer, haznos crecer siempre en la fe

Canto mariano

Entre lo que me quieres y te quiero, aire de estrellas y temblor de planta

Federico García-Lorca, Soneto de la guirnalda de rosa

hace 35 años hice mis primeros votos como religioso marianista. Rezad por mi

 

 

Tú me mueves el mundo tan suavemente, que parece se me va a derramar el corazón»

Himno de vísperas

Tú que al tocar las estrellas las haces palidecer de hermosura.

Himno de vísperas

Ella siempre confió en su silencio de chiquillo asombrado, misterioso e imprevisible. Jamás perdió la ingenuidad y la mirada limpia (sobre Carlos Edmundo de Ory)

 

«…Ámame sólo como amarías al viento
que nada sabe del alma de las rosas,
ni de los seres inmóviles del mundo…»

Ricardo Molina

Necesitamos silencio para ser humanos y para reconocernos en los otros. En este sentido, es cierto que lo contrario del silencio sería ese ruido infinito. A veces digo que, precisamente, la misión del arte y, en particular, la del teatro, es estar a la escucha del mundo, pero no devolver al mundo su ruido, sino su poesía

Juan Mayorga

A uno le dejan sin palabras el dolor propio y de los otros, pero también la belleza de los otros; la belleza de un ser humano puede dejarnos sin palabras o podemos sentir que no debemos acompañarla de palabras.

Juan Mayorga

¿Por qué comemos y bebemos otra cosa que luz y fuego ?

Juan Ramón Jimenez