Desierto

 

LOS DESIERTOS

Ocurrió que ensimismado de tiempos y sensaciones y motivado por conocer más… allí, a lo lejos, una línea misteriosa amarilla pero ¿qué es? Es el desierto, después de un campo torturado, tuve la visión enigmática, sorprendente y llena de emoción. Allí tenía por fin el museo del mundo, las arenas amarillentas, ¡qué densidad!

¡Qué hermosas y bellas las curvas! Pensé en otro mundo, con otro sol, con otras estrellas y envuelto en azul.

Alberto Schommer

 

 

Libro

 

Quisiera que mi libro
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.

Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que niñez, juventud, vejez quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.

¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
—cielo del corazón— del libro puro.

Tomado de Piedra y cielo, 1917-1918.

 

Hagía Sigé, Hagía Sophía

Santo silencio y santa sabiduría. El silencio es sabiduría y la sabiduría es silencio, en la locura de la santidad; locura de aquellos  y aquellas cuyo corazón está prendado de Dios, cuyo espíritu está llamado sin cesar a aventurars3e más allá de los límites de la razón, llamado a pensar más allá y mucho más de lo que pueda pensar; locura de los que escuchan un misterioso clamor en el silencio de Dios, según la hermosa expresión de san Ignacio de Antioquía.

Sylvie Germain

Más que silencio

porque no obligamos al silencio a venir y establecerse; lo único que podemos hacer es ponernos en condiciones de recibirlo, en un estado de disponibilidad y de hospitalidad interior, lo cual requiere mucha atención y perseverancia, y sobre todo humildad; humildad que consiste en una tarea interior de salir de nosotros mismos; de vaciarnos largamente de nuestro yo; de aligerar enormemente nuestro espíritu, que tiene que desembarazarse de lo que le sobra, y de nuestros sentidos que tienen que depurarse y agudizarse a la vez. El silencio, para venir  desplegarse,  necesita espacio, un vasto y tranquilo espacio interior….

Sylvie Germain